sábado, 30 de marzo de 2013

¿QUÉ PAZ QUEREMOS?, Columna para El Nuevo Siglo


Sin tomar posición en el debate entre el ex-presidente Pastrana y el Gobierno, el ex-presidente tiene razón en un punto: el Gobierno no tiene el cómodo Mandato por la Paz que él tenía.

En 1998, la guerrilla era poderosa, se había tomado Mitú, tenía más de 3.000 secuestrados, ya había hecho el canje de Las Delicias y al final del gobierno Samper era evidente que su poderío se había incrementado; tanto Serpa como Pastrana tomaron al bandera de la paz como eje de campaña, y el voto por la paz (con más de 10 millones), mostraba que el país veía con preocupación el proceso y quería el fin del conflicto, más por miedo que por convicción.

Esto llevó no sólo a la elección de Pastrana sino al fallido proceso del Caguán, donde la guerrilla sabía que tenía poder y podía exigir, y logró un halo de popularidad que causó que hasta grandes figuras de Wall Street estuvieran en el proceso. Pero, roto el proceso, el gobierno demostró que tenía la capacidad de vencer o reducir militarmente a las autodenominadas FARC y los 10 años del gobierno Uribe pasaron el ánimo de la población del temor a la euforia de la victoria.

Este cambio en la sensación de la gente – que se ve claramente en el poll de Gallup – de temor a sensación de victoria, es a lo que el ex-presidente se debe referir: hoy muchas personas no apoyan el proceso de paz, porque están en la macabra posición que “estos subversivos deben morir”, debido a la demostración de la capacidad militar y política que se tiene, y obviamente al debilitamiento de la guerrilla. Para la gente el razonamiento es simple: “¿por qué si los podemos vencer vamos a negociar con ellos?, ¡No vamos ceder nada!, ¡Hay que acabarlos!”. Quizá tengan razón. Quizá es posible vencerlos, y asumir el costo unos millares de muertos más y tener un Estado que venció a la insurgencia.

Más también es cierto que el proceso de paz llevará a Colombia a enfrentar sus problemas, y sobre todo a sobreponerse de esta violencia, que según un estudio de Lucía Jaramillo Ayerbe (hoy miembro del equipo negociador), más del 40% de la población ha sido o es víctima del conflicto, lo que implica que al país le llevará mucho tiempo sanar y más aún si sus victimarios han muerto o desaparecido.

Estamos en un momento crucial: debemos decir que paz que queremos: ¿la paz negociada y la paz impuesta?, y de esa manera será nuestro post-conflicto. Hoy estamos 50/50, y necesitamos algo contundente para tomar la decisión correcta y esperamos que ese algo sea pronto.

Colombianada: A los colombianos les encanta ver como la selección Colombia de fútbol gana por goleada, sin comprender todo lo que eso significa.

miércoles, 27 de marzo de 2013

PIB: LO QUE LAS CIFRAS NO DICEN, Columna para portafolio.co


El Gobierno Nacional muestra las cifras del PIB como un triunfo, pero las mismas cifras dicen cosas muy importantes, que no salta a simple vista. 
Más allá de la revisión de cifras del DANE – que era necesario y técnicamente correcto – los datos del PIB dejan ver que estamos creciendo por debajo del potencial de la economía (que estima esta entre 4% - 4.5%), que las locomotoras no arrancan y que el consumo no es tan dinámico con se dice.

Los datos muestran que el crecimiento por el lado de la oferta no lo hicieron las locomotoras; por el contrario los tres grandes aportantes fueron Establecimientos Financieros, Actividades y Servicios Sociales y Comercio, lo que claramente indica que la construcción, la minera y el agro están aún rezagados y creciendo por debajo de lo esperado; así, es tan bajo el crecimiento del PIB que la industria decreció, como clara consecuencia de la desaceleración mundial y del aumento de importaciones.

Por el lado de la demanda, parece que el Gobierno Nacional interpreta las cifras de manera diferente: si bien el mayor aportante al crecimiento fue el consumo de hogares, este creció por debajo de su potencial y del promedio histórico de los últimos 10 años, situación que es clara en los indicadores de variación del comercio que fueron inferiores a los del consumo, dejando ver un aumento en los servicios. El crecimiento del consumo de hogares es ligeramente superior al crecimiento de la cantidad de hogares, dejando ver que si bien el consumo per cápita aumentó, el de los hogares aumentó menos, como quedó claro en el retroceso de la penetración de activos durables en los hogares en la ECV.

Estos datos muestran que la economía se está moviendo más por prudencia e inercia, que por dinamizadores del Estado, pese al generoso aumento de salarios para 2012; lo que nos debe llevar a acciones contundentes para dinamizar el mercado interno, sacando al comercio de la guerra de promociones que desembocó una inflación baja (y que continua en 2013) o de lo contrario comoditizaremos el mercado.

El Estado debe poner en acción políticas de expansión moderada, y no esperar a que el Banco de la República baje las tasas, que se demoran en llegar al mercado; una desaceleración mundial no es otra cosa que una oportunidad para consolidar mercados, como claramente lo están haciendo los chilenos, comprando activos baratos de empresa europeas en problemas.

El sector privado está reduciendo sus márgenes por las guerras de precios (warketing), reduciendo calidad y perdiendo competitividad; el comprador aprovecha las oportunidades, pero comienza a ver los descuentos como un problema de precio inicial; y ante el esto el gobierno está esperando que el Banco le arregle todos sus males: es momento de actuar sin pensar en el tipo de cambio y las tasas de interés; es momento el momento del gasto público, liberar recursos y dar señales de confianza en el mercado, y no seguir diciendo que estamos en un momento de desaceleración y que por eso crecemos menos.

En las crisis es donde están las oportunidades y no las excusas: crecer al 5,1% en gasto público, no es mucho si el año anterior solo se creció un 3,6%.

sábado, 23 de marzo de 2013

¿RESURECCIÓN DEL CONCILIO?, Columna de El Nuevo Siglo


Comienza Semana Santa con la esperanza de la resurrección, no de Cristo, sino de los documentos del Concilio Vaticano II.

Personalmente estoy convencido que el mejor Papa del siglo XX fue Angelo Giuseppe Roncalli (Juan XXIII), que gestó el proceso de cambio más grande de los últimos años, solo comparable con el Concilio de Nicea, donde se definieron las grandes bases conceptuales, pero en este caso la iglesia debía actualizarse. El segundo concilio fue entre 1962 y 1965, liderado por Roncalli, pero finalizado por Giovanni Montini (Pablo VI), quien no pudo mantener la línea propuesta por su sucesor, mayormente por haber sido la mano derecha de su antecesor.

Desafortunadamente el Concilio, particularmente en su cuarta sesión, cambio muchas de las líneas de cambio que se planteaban y casi que neutralizó la transformación. Sin duda Roncalli no era un político, pero Montini sí, y logró dar vida a ciertas líneas del concilio hasta su muerte, que desafortunadamente dieron paso a la derecha vaticana, apoyada por la línea italiana que ataco el cambio de Roncalli y logró tranzar con Montini; así, el ascenso de Wojtyla, no sólo le retorno el poder a los italianos conservadores sino que frenaron el avance del concilio, que comenzó a ofender a la línea tradicional al permitir que la misa no fuera en latín. Wojtyla, fue un gran político, y sin duda un gran publicista de su imagen, pero con Ratzinger, su mano derecha, impusieron la ortodoxia en el Vaticano. La llave Roncalli-Montini era la relación de pensador con político, mientras que la llave Wojtyla-Ratzinger era todo lo contrario, y su salida del poder dejaba claramente dos salidas posibles: el retorno de la ortodoxia italiana al poder o el retorno del concilio.

Ahora, la llegada de Jorge Mario Bergoglio, Francisco, da muestras del retorno del concilio y nuevo aire a la iglesia. No es irrelevante que sea latino ni mucho menos que sea jesuita, ya que claramente el ascenso de esta comunidad en el poder vaticano, es la muestra del desgaste político de las líneas de derecha en Roma y el comienzo de una época de cambio. Bergoglio bien hubiera tomado el nombre de Juan XXV pero el mensaje de un nombre de humildad, es la señal de cambio que se esperaba.

Ya algunos dicen que los sacerdotes de Roma ven como un peregrino llega al tempo a enseñar, como recordando a Jesús con los Fariseos. La Semana Santa comienza con la resurrección previa del espíritu del segundo testamento, y sin duda escucharemos discursos de humildad, pobreza, perdón y cambio.

Colombianada: aún en Colombia, en las plazas de los pueblos se enfrentan la alcaldía y la iglesia, como si Don Camilo aún pudiera enfrentarse a Pepón.

martes, 19 de marzo de 2013

¿COMPREMOS COLOMBIANO?, Columna para Portafolio


Hace años Obama cayó en la tentación del patrioterismo y dijo "buy american", bajo la premisa de generar empleo y reactivar la industria de Estados Unidos; pero en este flojo discursó no exploró la dificultad de lo que dijo para la cotidianidad del comprador promedio. Hoy en Colombia esta tendencia está reviviendo, pero, Si yo hoy quiero comprar colombiano, ¿qué significa eso?

Tomemos dos ejemplos claros: si yo hoy compro una arveja en un supermercado, ¿estoy comprando producto colombiano?, lo más seguro es que no, porque hay momentos en que más del 80% de algunos granos que se venden en el mercado no son colombianos; Si compro un pan Bimbo, es claro que las utilidades de la compañía se van a México, pero los insumos y la mano de obra son colombianos.

Almacenes Éxito tiene accionistas franceses, pero para la gente es colombiano; Piel roja, Margarita, Fruco, El Tiempo, Águila y muchos otros íconos de nuestra industria ya no son de capital colombiano. Igualmente empresas nacionales exitosas como Totto que hacen mucho de su producción fueray dejan las utilidades en Colombia y otras muchas como Alpina y Nutresa abren plantas de producción en otros países generando empleó en otras latitudes. Esto se debe sumar que el concepto se completa cuando vemos el esfuerzo del gobierno nacional para qué nuestra industria exporte, y le venda productos colombianos al mundo.

Así, la idea de comprar colombiano es una simple hipocresía irrealizable porque ni siquiera sabemos que es "un producto colombiano": ¿es aquel que se hace en Colombia?, ¿es el que se hace por colombianos?, ¿es aquel donde los dueños son colombianos? Y esta falsedad se extiende cuando se dice "compre colombiano" pero exporte para que los de otros países no compren cosas de su país, lo cual es indefendible con la busqueda de TLC en que estamos.

Es obvio que la campaña parte de la lógica de generar empleo, pero es fundamental comprender que al final al comprador le es completamente indiferente el origen del producto, porque lo que busca es un producto con una marca que le cumpla una promesa de satisfacción, donde el precio, la calidad, la moda, la tendencia, la innovación son los factores premiados por el mercado y no la bandería que tenga impresa.

Históricamente en nuestro mercado han habido productos hechos en Colombia por marcas internacionales como Nescafe, Milo, Chococrispis, Coca-Cola, Chevrolet y muchas otras que son parte integral de nuestra cultura, generaron empleo, causaron industrias conexas y desarrollaron impacto social, pero ¿esto debe ser olvidado porque no son colombianos?, o bien ¿las marcas colombianas que producen en otros países para ser competitivos deben ser castigadas por buscar tener el producto correcto para satisfacer al mercado?

El verdadero mensaje que necesitamos es "empresario, satisfaga al consumidor", porque como bien nos queda claro en los balances que estamos viendo en las asambleas de las empresas, el último renglón del balance es el resultado no el objetivo. No sólo debemos crear empresas, debemos crear marcas que cumplan su promesa y que permitan cumplirla en cualquier parte del mundo, y que permitan que el comprador las escoja por eso y no por el tricolor nacional.

sábado, 16 de marzo de 2013

MADURO NO ES CHÁVEZ, Columna para El Nuevo Siglo


Es evidente, pero cabe hacer la aclaración: Maduro no es Chávez; como Chávez no era Castro, y obviamente Santos no es Uribe. Simplemente las personas son diferentes, y el poder las hace aún más diferentes.

La historia de Maduro es la de un líder sindical, que a diferencia de Chávez si ha sido sometido al escrutinio público y a las elecciones, pero no tiene la formación militar ni el grado que tenía Chávez, lo cual claramente presenta un problema frente a las Fuerzas Armadas Bolivarianas; adicionalmente, paso de ser conductor de Metro a miembro de su junta como representante sindical, mostrando ambición política, capacidad electoral y poder de representación y de presión. Sin duda será presidente, pero no presidente comandante.

Hoy, Venezuela se debate para sus próximas elecciones, y pese a todas las señales, el pueblo venezolano cree que votando por el ungido las cosas seguirán igual, y es claro que eso no va a pasar; Maduro no tiene la trascendencia hemisférica que Chávez compro con petróleo y con sus apariciones escandalosas diciéndole “demonio” al presidente de Estados Unidos, o moviendo tropas a la frontera porque Colombia ataco en Ecuador. Maduro es más calmado, sin relaciones y sin el vínculo entrañable con Cuba (lo cual puede ser más un problema para Cuba).

Su gobierno en los primeros meses será muy Chavista, pero en pocos meses se desdibujará porque la economía ya no tiene la gasolina que tuvo en los últimos 20 años, la devaluación del Bolívar impactará el mercado y el hecho de no embalsamar al expresidente comandante le costará imagen pública.

El problema radica en que será electo por las obras de otro, y cuando comience a ser él, el pueblo sentirá la diferencia, al igual que los presidentes de la región y el mundo entero; no es fácil decir que personalidad será, como será su línea económica o militar, pero sin duda no será la misma de Chávez, porque habrán muchas situaciones que no fueron previstas en ningún momento, y simplemente Maduro no sabrá como lo hubiera hecho su antecesor.

La “revolución” seguirá y Venezuela continuará el camino a la dependencia del petróleo, la producción externa, de los sistemas de subsidios y el desfomento de la iniciativa privada e individual, lo cual la pondrá en algún momento en un escenario muy complejo. Maduro deberá lidiar eso sin la popularidad del comandante, sin el apoyo de las Fuerzas Armadas y con un pueblo pidiendo que las condiciones paternalistas continúen. En ese momento de crisis, sin recursos y con necesidad de apoyo popular veremos realmente si Maduro es un estadista, un dictador corrupto o simplemente un abusivo de la imagen de un muerto.

Colombianada: Esperemos que el próximo presidente de Venezuela sea lo suficientemente Maduro para tomar las decisiones correctas y no las fáciles.

sábado, 9 de marzo de 2013

ACEPTEMONOS COMO SOMOS, Columna para el Nuevo Siglo


En estos días he estado pensando que el país está cambiando fuertemente por la entrada de muchas industrias, capitales y marcas del mundo entero, que nos trasculturalizan de manera importante, y nos muestran que sufrimos de un nivel de admiración y sumisión impresionante.

No sé en qué punto de nuestra historia colonial construimos unos imaginarios donde lo extranjero es mejor y es digno aspirar a tenerlo, copiarlo y adaptarlo, y esto conlleva que ante la presencia de una persona de otro país, debemos poner tapete rojo, botar la casa por la ventana y hacer todo lo necesario para ganarnos sus favores y agradecimiento. Esta sumisión causó que hace 70 años entraran las industrias de Estados Unidos, hace 20 las españolas  y ahora la ola chilena.

Por alguna razón los colombianos no queremos ser colombianos, porque en el fondo creemos que ser colombiano no es bueno, y esto causa que aspiremos a ser otra cosa y que soñemos con vivir en otro país.

No quiero decir que vivir en Colombia y ser colombiano sea lo mejor del mundo, porque me es evidente que la nacionalidad no es una cosa que se pueda escoger, y desafortunadamente es cierto que el conflicto, el narcotráfico, la corrupción, la cultura mafiosa, el atajismo y el meimportaunculismo son parte clara de nuestra realidad.

Ser colombiano es ser un sobreviviente. Todos tenemos en la familia alguien que afectado por el conflicto; incumplimos las normas porque al final no nos convienen; evadimos impuestos gracias a que los corruptos nos dan la excusa perfecta; no votamos porque los políticos son una desgracia; y todos los días aguantamos la violencia, la inoperancia, la corrupción y las mentiras e injusticias del sistema porque debemos seguir adelante.

Todo esto es como una nube de polvo en la que nos acostumbramos a vivir y que no nos dejan comprender que de las cicatrices es que se forma el carácter y la personalidad. A Ningún país "maravilloso" del mundo le ha toca fácil, han vivido guerras, hambrunas, dictaduras y un sinnúmero de situaciones complejas que los formaron como sociedades que buscan un mejor estilo de vida.

Hoy estamos en una fase importante del proceso de paz que siempre hemos querido y que cuando llegue a nos daremos cuenta que simplemente se nos acabó la excusa que teníamos para quejarnos, y comenzaremos a ver lo obvio: nuestro futuro depende de nosotros y la verdad es que hemos construido una cultura mafiosa, donde el sapo es malo, el lagarto gana y las ratas reinan por medio del miedo y su cooptación de las instituciones.

El fin dela guerra será el comienzo de la aceptación que quienes somos y esto nos llevara a pensar hacia dónde queremos ir, y por  eso fundamental que comprendamos que ser sobreviviente de nuestra realidad no nos debe convertir en víctimas sino en personas con carácter, en una sociedad que busque el camino a lo justo y que seamos capaces de reconocer que hemos vivido en una cultura de ilegalidad y miedo tan grande, que el único camino que nos queda es el respeto a la ley y construir la capacidad de defender nuestros derechos y los de los demás. El fin del conflicto interno, es el primer paso para enfrentarnos al conflicto cultural y moral que hemos creado.

Colombianada: ni lo de Interbolsa, el carrusel de contratación, la evasión de impuestos y el chalequeo son acciones de las autodenominadas FARC.

martes, 5 de marzo de 2013

LOS ECONOMISTAS NO SOMOS RICOS, Columna para Portafolio


Es curioso como siempre se señala a los economistas de la tenebrosa globalización y el malvado neoliberalismo, que favorece el egoísmo humano y que lleva a los mercados a no ser éticos y a la acumulación de capital.

Los economistas hemos propuesto un sin número de modelos abstractos de interacción económica, buscando la eficiencia de los recursos en un entorno de escases: se han propuesto cosas sobre relaciones entre países grandes y pequeños según sus ventajas comparativas y su competitividad (Ricardo), se ha definido esquemas de equilibrio buscando no el beneficio particular sino el bien común (Nash), y hasta se ha propuesto un modelo donde las preferencias son más importantes que el precio (Kahneman); planteamos los derivados financieros, la valoración de activos por inflación y los Bancos Centrales; pero no hay evidencia que hayamos creado la tasa de interés y los bancos (que parecen son de origen Griego) o los impuestos (de los cuales hay evidencias desde las tribus de la media luna fértil).

Sin lugar a dudas hemos cometido grandes errores. Hemos planteado normas que regulan de más y algunas que no regulan casi nada, dejando a la naturaleza humana las interacciones financieras, donde el egoísmo y la avaricia han causado serios problemas, como se evidencian continuamente en las bolsas de valores. También es cierto que no hemos logrado solucionar los problemas de la pobreza, de la distribución de la riqueza y del manejo eficiente de recursos.

Ningún premio nobel de economía está en la lista de los hombres más ricos del mundo. Esto quizá se debe a nuestra naturaleza académica, más quisiera pensar a que tiene algo que ver con una comprensión más alta de la ética de los negocios, porque de una u otra manera, una mente brillante como la estos grandes personajes podría ser usada para crear una gran fortuna.

Los economistas planteamos la globalización, los derivados económicos y hasta los regímenes de pensiones, pero no la propiedad privada, los bancos, la tasa de interés o los impuestos; somos una ciencia joven con menos de 300 años, y a diferencia de otras ciencias, surgimos de la teología; tampoco somos una ciencia exacta y los modelos que tenemos para explicar lo que ocurre y ocurrirá aún son muy inexactos, pero cada vez son mejores gracias a avances como los de Cobb y Douglas.

Sin duda muchas de las cosas que hemos planteado para mejorar la eficiencia del mercado ha sido usada por algunos para beneficiarse personalmente, aprovechando que tienen una estructura moral diferente a la nuestra.

Así, ser economista es ser un científico, más teórico que real, y no un ser malvado que busca que algunos sean más ricos que otros, y la mejor evidencia es esto es que acumulamos publicaciones y reconocimientos y no millones en nuestras cuentas bancarias.

sábado, 2 de marzo de 2013

DE PAROS Y HUELGAS PREELECTORALES, Columna para El Nuevo Siglo


Gobernar es muy difícil, y más cuando las cosas  se hacen correctamente, y no en pos de la popularidad; pero esta premisa política es muy compleja en un entorno de reelección, donde el deber de gobernar se confunde con la necesidad electoral.

Para Uribe fue simple mantener una alta popularidad por su estilo de liderazgo, su tono de comunicación, la curva ascendente de la economía y los golpes militares; por esto su  imagen se mantuvo muy alta y su reelección sobre tuvo la barrera del “articulito”. Para Santos en escenario es diferente: es distante de la población (y eso no se arregla manejando un bus), la economía está en la cima de ciclo y está en los diálogos con las autodenominadas FARC, que para muchos es el enemigo histórico que debe ser vencido por las armas.

Así, muchos sectores aprovechan la situación, mostrándonos lo que seguirá ocurriendo en la política nacional, como ya lo había dicho: el tercer año de gobierno del presidente será una tensión política, económica y social en pos de asegurar la reelección.

Diferentes grupos de interés pondrán contra la pared al gobierno, amenazando por dañar su imagen sino cede a sus pretensiones: el primer golpe vino de la huelga judicial que no tuvo gran impacto; el segundo golpe lo dieron los confeccionistas (de una manera no violenta) y lograron un arancel temporal, donde el gobierno mostró que estaría dispuesto a proteger sectores, y desde ese punto el carbón, el café y el cacao comenzaron diversas huelgas.

Quién sabe que otros sectores vayan a reaccionar, pero sin duda esto depende de la solución que tenga el gobierno a cada proceso, y como se ven las cosas las soluciones serán marginales y mucho menos mediáticas que las huelgas y los paros. Esto no sólo afectará la imagen del gobierno nacional, sino que le causará serios problemas a las instituciones nacionales, en el momento en que todos los políticos renuncian para no inhabilitarse para las elecciones del Congreso.

El camino que le queda a Santos es corto y estrecho. Lo que lo lleva a tentaciones de eventos enormes para recuperar la imagen, lo cual puede llevar a una decisión electoral y no necesariamente de un gobierno responsable. Esperemos que la tentación del poder no afecte la responsabilidad del mismo.

Colombianada: el concepto es simple: si negocia con nuestros enemigos, ¿por qué no con nosotros?

¿MAL PRESIDENTE?, Columna para Portafolio Recibidos x

¿Mal Presidente? Por Camilo Herrera Mora En un chat de unos amigos muy inteligentes e informados, leí que estamos en un “Rookie Time”...