sábado, 28 de junio de 2014

SON PROFESIONALES, mi columna para El Nuevo Siglo

Un colombiano nacido en la década de los sesenta, vio un país diferente al que vio una persona nacida en los noventa; tuvieron conceptos de educación diferente, una constitución distinta e incluso un país menos conectado con el mundo. Esta es una de tantas diferencias entre la selección de futbol que fue a Italia 1990 y la que hoy está en Brasil 2014.

Alguien anotaba meses atrás que la selección de Italia tenía a 3 jugadores que jugaban en el extranjero y hoy el número es casi el contrario, lo que deja ver que el equipo de hoy es mucho más profesional que los anteriores, y esto se debe a que la selección de futbol refleja que ya no estamos en la Colombia de los ochenta (y todos sus problemas).

Enormes nombres jugaron en épocas pasadas, llenos de talento pero no tan preparados como jugadores y personas como lo es esta selección, que no solo tiene jugadores en diversos países del mundo, sino que se comportan como profesionales, grandes personas y parejas comprometidas; ya no vemos los escándalos de tiros al aire, o borracheras, ni mucho menos chismes sobre su vida privada, por el contrario se comportan de la mejor manera porque comprenden que su cuerpo y su nombre son el mejor activo que tienen, y que es altamente productivo para ellos y para sus stakeholders, que creyeron en ellos y comprenden la enorme responsabilidad que hay detrás de eso.

Sin duda la llegada de Pekerman ordeno el equipo, y quizá la lesión de Falcao hizo otro tanto, pero hasta su partido con Japón, la selección ha mostrado altura, calidad, juego limpio, calidad, talento y disciplina, siendo de lejos los mejores embajadores y ejemplos de la nueva Colombia que vivimos.

Hoy es posible que le ganen a Uruguay y pasen a jugar contra Brasil, lo cual los pone en la mejor condición posible, porque es el local quien tendrá la presión, la localia, la necesidad del gobierno, el apoyo de la Fifa y una cantidad de cosas más, mientras que los colombianos saldrán a jugar y a mostrar que son grandes profesionales.

Han logrado la mejor presentación de la selección en un mundial y sin duda ya la opinión del mundo cambió sobre esos jugadores y el potencial de nuestro futbol, y es momento que comprendamos que el mundo ya nos reconoce como un país que ha mejorado, que tiene un enorme potencial y que ya no somos el país de la década de los ochenta.

Gracias Selección por mostrarnos hasta donde podemos llegar y como debemos ser cada día: serios, abnegados, apasionados, disciplinados, talentosos, consecuentes, inspiradores, comprometidos y que cuando triunfemos debemos bailar juntos para celebrar.

Colombianada: “Maravilla” se la pasó a “Willy”, “Willy” al “Pibe”, el “Pibe” a James Rodríguez, porque el 10 se construye superando maestros y respetándolos.

viernes, 27 de junio de 2014

MUEVAN LAS INDUSTRIAS, Columna para Portafolio.co

Bruce Mac Master pide un Ministerio de Industria para llevar el tema de la política industrial del país más allá de la óptica del comercio exterior, porque desde la fusión de los ministerios, el comercio interno y la industria están completamente ocultos.

El proceso de la agenda 2020 de la ANDI es interesante y oportuno, y sin duda requiere profundas reflexiones, que van mucho más allá de un ministerio, una devaluación o la continua petición por tasas de interés bajas, ya que trasciende lo macroeconómico y lo monetario, y realmente se centra en lo cotidiano, las inercias y las vanidades personales, que va mucho más allá del problema de costos de producción.

Las industrias en Colombia – en general – no han logrado moverse a la velocidad que la demanda se está moviendo, y esto se puede deber a tres factores fundamentales: el primero puede ser los activos en que han invertido, ya que de una u otra manera la compra de equipos industriales a largo plazo para un tipo de producción conlleva a que la empresa deba producir este producto para intentar recuperar la inversión y la financiación, llevando a la empresa a una inflexibilidad de cambiar su portafolio de productos ante los cambios del mercado; el segundo quizá sea la experiencia de los dueños y directivos, que defienden su modo de actuar bajo la premisa que “si las cosas no se han roto, no hay porque arreglarlas o cambiarlas”, es decir, que si llevan años haciendo las cosas de una manera, no hay razón para no seguir haciéndolas así; el tercero se refiere a la fijación de precios, donde sin duda debe darse un enorme debate sobre el tema, porque en los últimos 5 años se ha evidenciado que los precios no se fijan según criterios  de mercado, sino por rentabilidad esperada, dando paso a una guerra de promociones y destrucción de valor de marcas.

Estos fenómenos tienen un punto en común: la incomprensión de la industria del cambio de la demanda, del consumidor y del comprador, lo que ha llevado a que nuestra industria siga haciendo lo mismo mientras el mercado pide otras cosas.

Es claro que a mayor ingreso de los hogares cambian los hábitos de compra y consumo, pasando de tomar tinto a expresso, por esto es necesario que la industria defina de manera estratégica en que va a ser bueno en los próximos años y se prepare para serlo local y globalmente, porque con los focos de producción globales, es claro que la industria solo será fuerte si logra economías de escala en producción y una capacidad de innovación en oferta de valor con mayor velocidad que el cambio de la demanda, como bien lo han demostrado muchas marcas colombianas de confecciones con el concepto de líneas cortas con el apoyo de Inexmoda.

Ya no estamos en un mercado “push” sino en un entono “pull”, que está migrando del concepto de “go to market” al “market go to consumer”, lo cual sin duda es reto, porque conlleva un nuevo logístico, de canales y de cooperación con el comercio, para satisfacer a un comprador que ya no tiene la necesidad de ir al mercado, sino que el mercado vaya a él; por eso la frase de los Prisioneros de Chile está hoy más vigente que nunca: Muevan las Industrias.

sábado, 21 de junio de 2014

SEUDOPARTIDOS, Columna para El Nuevo Siglo

Quizá toda la podredumbre politiquería que vimos en los últimos seis meses sirvió de algo: hoy es claro que hay dos seudopensamientos políticos tomando forma en el país, y es posible que este desemboque en la consolidación de unos partidos políticos responsables para el país.

La fundación de nuestros partidos políticos en el siglo XIX fueron muy diferentes a lo esperado, al punto que los liberales eran clericales y los conservadores con apoyo urbano, y asimetrías como estas causaron que la primera mitad del siglo XX los partidos se mataran sin razones claras, porque los liberales tenía un ala ortodoxa muy fuerte y los conservadores un gran bloque progresista, que fueron alineados por medio de las estructuras verticales y el famoso bolígrafo, consolidando este esquema bipartidista sin sentido y sin ideologías diferenciales en el frente nacional, donde las personas escogía partido por su familia o ciudad donde nacieron.

Pasada la Constitución del 91, se da la explosión de movimientos independientes y sociales, que ya se dejaban ver con el Movimiento Revolucionario Liberal, el Nuevo Liberalismo y el Movimiento de Salvación nacional, que lentamente ha llevado a la reducción de los dos partidos tradicionales a menos del 40% del voto y han visto surgir a sus alas disidentes con mucho más poder; un buen ejemplo de esto es la Alianza del Gobierno con el Partido de la U, Cambio Radical, el Partido Liberal, la Alianza Verde y el Polo, y por el otro lado el Centro Democrático con los conservadores y demás partidos de centro derecha e incluso liberales no progresistas.

Sin duda mucho de esto pudo haber sido amalgamado con compra de votos, corrupción, apoyo de presupuestos público, nombramientos y otros juegos propios de la politiquería, más han resultado en la puesta en escena de dos seudopensamientos con los que mayorías importante comienzan a identificarse. La primera es la llamada derecha – que claramente no lo es – que representa las instituciones duras que buscan un país mejor por medio del cumplimiento irrestricto de la ley y el fomento de los derechos económicos (muy en la línea del neoconservatismo de Reagan o Thatcher), que deja ver que lo mejor es mantener lo que ha sido exitoso y buscar la forma de reducir la desigualdad desde la creación de riqueza e ingreso; la segunda es la llamada izquierda – que tampoco lo es – que representa la necesidad del cambio del entorno, las normas y las instituciones ante los desequilibrios y las asimetrías causadas por el statu quo y la tradición, y que busca normas más amplias en pos de los derechos civiles y el reconocimiento de otras formas de pensar, actuar y comportarse.

Alguno dirá que esto es el verdadero sentido conservador y liberal, y el clásico centro derecha y centro izquierda del mundo occidental, y quizá lo sea, si y solo si se logra pasar de unos seudopartidos de alianzas electorales a instituciones que defiendan ideologías, pensamientos y formas de hacer las cosas. Quizá estamos cerca de un renacer de los partidos en el país. Sería muy bueno.

Colombianada: no volvamos a las pasiones políticas desmedidas, pero aprovechémoslas para aceptar ideologías e identificarnos con ellas y creemos las instituciones que necesitamos.

martes, 17 de junio de 2014

DIAN Y ORTEGA, Columna para Portafolio

Cuando comencé a estudiar economía en 1992, el Banco de la República y el Departamento Nacional de Planeación se erguían como dos grandes instituciones que aseguraría el crecimiento y el desarrollo económico del país; en este sentido, hemos visto muchos escándalos en la DIAN, pero desde la llegada de Juan Ricardo Ortega esto comenzó a cambiar.

Muchos recordarán la lucha contra la corrupción, el cartel del IVA, los temas de contrabando y la mejor dinámica de recaudo tributario en la historia, pero quizá pase al olvido su intento de creación de un comité directivo (junta directiva de la DIAN) para evitar la discrecionalidad en la dirección de la institución y su enorme presupuesto en las manos de una sola persona, lo cual en el pasado consolido enormes mafias y permitió el robo de nuestros impuestos por parte inclusive de los mismos directores, pero la Corte Constitucional tumbó esta iniciativa, que ponía a la DIAN en la senda de ser una institución estatal independiente y no del gobierno de turno.

Esperemos que este legado perdure, que quién se siente a dirigir la DIAN después de Ortega tenga su misma ética, entereza, tenacidad, templanza y su enorme capacidad técnica y pasión por la ciencia económica, que algunos temerosos han confundido con arrogancia, porque cuando las ideas se defienden con pasión y evidencias técnicas es tan solvente el argumento que deja a los demás en la orilla de los oprobios o de los sin respuestas.

En pocos días se va el mejor director que ha tenido la DIAN en muchos años, y nace el temor de que su puesto sea cubierto por algún favor político y no por la necesidad técnica y moral de ese cargo; esperemos que el Ministro Cárdenas comprenda la gran oportunidad que tiene en sus manos de cambiar al país al nombrar a alguien de la mitad de las calidades académicas y humanas de Ortega, quien vivió meses imposibles llenos de temor por su familia y desesperanza por luchar contra miles de monstros de cien cabezas.

El país depende de una dirección de impuestos y aduanas seria, independiente, técnica y solvente, que no sólo sea una ventanilla de cobro y un equipo de auditoria, sino un thinktank que le proponga al país como ser el socio omnisciente de las empresas y el aliado de los declarantes.

La verdad, el país hoy pierde una oportunidad enorme de cambiar toda su estructura económica, su composición formal e incluso su forma de comprender la tributación más que como un deber como un derecho, porque la salida de este técnico es difícilmente remplazable. De manera egoísta preferiría que se quedará ahí otros 4 años mientras finaliza este gobierno y continua con la transformación que ha dejado, pero comprendo completamente el infierno que ha vivido y que su familia no merece. La verdad no se si hizo servicio militar o no, pero sin duda ya le hizo un enorme servicio a la patria.

Quedas sus enseñanzas, su dogma, su rectitud y su particular forma de hacer las cosas, en un equipo de colaboradores que comprendieron el espíritu de una verdadera dirección de impuestos y no de una casa de cobros. Esperemos que la DIAN independiente, pulcra y técnica con que Ortega sueña llegue pronto, y que su remplazo continúe el cambio que nuestro país requiere.

lunes, 16 de junio de 2014

LEER LOS DATOS, NO ES MIRARLOS. Especial para P&M

“Según los resultados del estudio es claro que tenemos una penetración de 5% en los hogares y que potencialmente podríamos tener una penetración del 9%, lo que indica que aún podemos crecer casi el doble”; este simple análisis bien puede ser correcto pero deja por lo menos una duda enorme: ¿Por qué el otro 95% no tiene el producto?, y más aún ¿Por qué el 91% de los consumidores informan que no les interesa el producto o la marca? En el mundo de la estrategia es tan importante el dato confirmado y su explicación, como su complemento, entendiendo su origen y consecuencias.

Durante años he investigado mercados, compradores, consumidores, marcas, productos, campañas e incluso ideas, hipótesis, oportunidades y amenazas, y he comprendido por lo menos cuatro cosas que permiten leer mejor la información para tomar decisiones:

Las pequeñas muestras pueden ser suficiente para tomar una decisión. Como científico siempre he peleado por la rigurosidad que requiere hacer un estudio, bajo la premisa que con los resultados se tomarán decisiones, pero esto no significa que se deben hacer estudios enormes para poder tomarlas. Por esto es clave comprender muy bien la ficha técnica del estudio, que informa 3 cosas claves: que población representa y por ende cual no; que nivel de confianza tiene la investigación, lo que indica es que cantidad de la población estudiada no queda cubierta por el estudio; y el margen de error, que muestra la relación costo-beneficio del estudio, dejando ver que el resultado tiene un margen entre más o menos puntos y que el dato mostrado es completamente relativo y no es exacto. Teniendo claro esto hemos podido en los últimos meses hacer dos grandes tesis de maestría de gerencia de mercadeo en el CESA y un estudio estratégico para un gran cliente: es clave saber que todo estudio da un resultado relativo y no exacto, y lo que busca es reducir la incertidumbre y el nivel de riesgo para tomar decisiones. Simplemente no es correcto decir que el 42% de las personas consume algo al mes, sino mostrar que entre el 35% y el 47% de la población estudiada consume el producto, y que por eso hay que considerar ambos datos para tomar la decisión.

El dato complementario dice más que el dato buscado. Si él pregunta, ¿salimos esta noche?, y ella responde, “no”,  inmediatamente debe haber otra pregunta o de lo contrario nunca sabría porque no, quizá ese día no, o de noche no, o simplemente nunca, porque no le gustamos, e incluso ahí se puede mejorar la estrategia de comunicación y demostración de la propuesta de valor. Saber que entre el 35% y el 47% de las personas consumen algo, inmediatamente nos dice que entre el 53% y el 65% de las personas no lo hacen, y eso inmediatamente causa un listado enorme de preguntas de investigación para comprender oportunidades y debilidades, que nos permitan saber por qué no lo hacen, que estoy haciendo mal o que estoy haciendo muy bien en mi segmentación; por esto toda pregunta sobre tamaño de mercado, penetración o recordación debe ir acompañada de preguntas que permitan responder las implicaciones del dato complementario, porque seguramente ahí habrá más respuestas estratégicas que en el dato buscado.

Las tendencias con mejores que el dato del momento. Las fotos son espectaculares, y más aún si la resolución es muy alta, pero casi nunca deja ver hacia dónde va el momento que quedo congelado en el tiempo en esa imagen, por ejemplo la foto de un beso, que nos cuenta como fue ni cómo será después. Para aprovechar esto mejor es fundamental comprender cuáles son las fuerzas de cambio en el tiempo, como la edad, el ingreso, las costumbres o los comportamientos futuros, porque el joven que hoy no usa corbata es muy probable que en 20 años no lo haga, pero si es probable que tome pastillas para la presión; un buen ejemplo es ver como la penetración de carros en la Encuesta de Calidad de Vida del DANE de 2003 permitía estimar que en 10 años subiría 5% por la dinámica de crecimiento de los ingresos, y ocurrió tal como se predijo.

Seguir un resultado esperado es negar la oportunidad de aprender. Si hubiéramos cumplido con la premisa que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta, nos habríamos perdido de millones de maravillas en el mundo; por eso debemos hacer las investigaciones con la premisa de tener clara la pregunta pero sin esperar la respuesta, o de lo contrario siempre buscaremos una explicación adicional al hallazgo en vez de aceptar el valor de lo encontrado. Para esto se requiere mucha humildad y sobre todo la capacidad de comprender que en todo estudio evaluamos nuestro trabajo, pero también nos muestra los cambios que el entorno está teniendo y nos permite aprender todos los días.

Estos cuatro conceptos son fundamentales para hacer bien una investigación, más es fundamental hacer bien la pregunta central del estudio, la cual casi nunca queda en el cuestionario, porque se responde de manera indirecta; el arte de investigar, es tener la mejor pregunta y no la mejor respuesta, por eso es no es importante saber ¿Cuánta gente me compra y con qué frecuencia?, ya que es posible que el 10% de mis compradores hagan el 60% de mis ventas; por esto es más importante saber ¿por qué el otro 90% compra tan poco si son tan iguales a mi 10%?

sábado, 14 de junio de 2014

CARTA A MIS HIJOS, Columna para El Nuevo Siglo

Hace más de 20 años mis papás tuvieron que tomar una decisión parecida y hoy sin duda es claro que fue una gran decisión, pese a que en ese momento muchos decían que era malo, inconveniente y que no había forma de saber las repercusiones de ese cambio; más hoy Colombia es mucho mejor que hace 20 años, porque hay menos pobreza, más educación, más salud y más oportunidades, y si bien toca mejorar muchas cosas aún, hemos avanzado mucho, logrando que mis papas, y los papas de muchos de mis amigos cumplieran con una premisa simple: dejar un mejor mundo para sus hijos.


Mañana domingo 15 de junio de 2014, nos toca a nosotros como papás hacer algo parecido. El país en donde ustedes viven, juegan, estudian y se ríen tiene muchos problemas por resolver pero uno en particular: por alguna razón algunos colombianos decidieron pelear con puños y armas para imponer sus ideas, y esto ha causado que el país viva triste porque las cosas se solucionan con el miedo, la violencia y el terror, en vez de usar, ideas, conceptos y tratos. Esto no solo ha creado las guerrillas, sino los paramiltares, la delincuencia común, los extorsionistas y muchas otras palabras complejas que espero que solo entiendan en las clases de historia, e incluso acciones que vemos todos los días en la calle, como esos que manejan mal y no respetan los semáforos.

Hace más de 20 años mis papás tuvieron que tomar una decisión parecida y hoy sin duda es claro que fue una gran decisión, pese a que en ese momento muchos decían que era malo, inconveniente y que no había forma de saber las repercusiones de ese cambio; más hoy Colombia es mucho mejor que hace 20 años, porque hay menos pobreza, más educación, más salud y más oportunidades, y si bien toca mejorar muchas cosas aún, hemos avanzado mucho, logrando que mis papas, y los papas de muchos de mis amigos cumplieran con una premisa simple: dejar un mejor mundo para sus hijos.


Mañana domingo 15 de junio de 2014, nos toca a nosotros como papás hacer algo parecido. El país en donde ustedes viven, juegan, estudian y se ríen tiene muchos problemas por resolver pero uno en particular: por alguna razón algunos colombianos decidieron pelear con puños y armas para imponer sus ideas, y esto ha causado que el país viva triste porque las cosas se solucionan con el miedo, la violencia y el terror, en vez de usar, ideas, conceptos y tratos. Esto no solo ha creado las guerrillas, sino los paramiltares, la delincuencia común, los extorsionistas y muchas otras palabras complejas que espero que solo entiendan en las clases de historia, e incluso acciones que vemos todos los días en la calle, como esos que manejan mal y no respetan los semáforos.

Este sábado votaré por el primer paso hacia la paz, porque es mi deber como padre dejarles un mundo mejor que el que mis papas me dejaron. Sé que este diálogo de paz en que esta el país con unos subversivos no soluciona todo el problema, pero si estoy seguro que es un gran primer paso, de esta nueva escalera que debemos subir, después de haber subido la que mis papás me dieron hace 20 años, que también comenzó por hacer un trato para dejar atrás la armas y los puños, y comenzarán a discutir con ideas, discursos, puntos de vista y soluciones.

No voto por una persona, voto por ustedes. La decisión de mañana no busca reelegir a una persona, sino llevar al país por la senda correcta, que sin duda será tan difícil como cuando tienen que hacer tareas, compartir sus cosas, sacrificar sus gustos por ayudar a los demás y acostarse a la hora correcta. Vale y Kike, mañana votare por ustedes.

Colombianada: ¿hijos hacemos un trato?, yo hago todo lo posible por dejarles un mejor país, como mis padres hicieron para mí, y ustedes deber ser los mejores ciudadanos para ese nuevo país.

martes, 10 de junio de 2014

POSTPIKETTY, Columna para Portafolio.co

El libro del Capital en el Siglo XXI de Piketty ha causado un fuerte revuelo intelectual despertando los viejos falsos debates de las mal llamadas izquierda y derecha. Claramente algunos de izquierda se relamen leyendo como los ricos son más ricos y hay una mayor concentración de la riqueza, y algunos de derecha atacan los cálculos del autor por sus problemas metodológicos, las limitaciones del mismo y su posición académica.

La verdad ambos son simples oportunistas que aprovechan un trabajo técnico para usarlo a su favor; aceptemos que el documento presentando es robusto y serio, y se muestra que hay tres fenómenos muy importantes en el capitalismo de entorno globalizado: más ricos, mayor concentración de riqueza y menor pobreza.


Es obvio que a medida que la población crezca hayan más ricos, porque cada vez hay más personas que tienen el talante y la capacidad para llegar a estar en estos listados; también era lógico y esperable que en un entorno globalizado la concentración de riqueza sea más alto que antes del Consenso de Washington y la entrada en vigor de los acuerdos comerciales del WTO, debido a que una cosa era producir riqueza con las limitaciones de las fronteras políticas que limitan el acceso a capital, mercados y rentabilidad: Apple no sería lo mismo si solo vende en Estados Unidos. Claramente esto causa que los ricos del mundo obtengan utilidades en todos los rincones del mundo, pero los empleados en las naciones, solo obtengan ingresos de los capitales en su país, lo que conlleva a que la concentración del capital obviamente aumente, por las claras diferencias de un ingreso global y uno local.

Más lo que es llamativo del estudio de Piketty es que no menciona la reducción de pobreza en un mundo con una población creciente. Es cierto que en términos nominales hay más pobres, pero en términos relativos casi todos los países del mundo han reducido en términos relativos y reales la pobreza y la pobreza absoluta en el mundo, mientras la población crece mucho debido a la base poblacional existente.

Esta dicotomía debe ser parte de los debate postpiketty: hay concentración de riqueza con reducción de pobreza. Esto puede tener su origen en por lo menos dos fenómenos fundamentales: el primero se refiere a que en muchos casos estos multimillonarios que se han creado en el mundo, han logrado sus fortunas por medio de productos que han mejorado la calidad de vida de la población y generando empleo en diversas regiones del mundo, como es absolutamente claro en Asia. Estos fenómenos han logrado que si bien se causan estas enormes riquezas, si se causa un fenómeno de redistribución de ingreso claro, pero no necesariamente en el mismo país, lo que sin duda es una nueva veta en este debate.

Esto no excluye que es necesario revisar los sistemas tributarios y el gasto público, porque no se puede culpar de todo a los impuestos sino se hace bien el gasto y la redistribución, como es evidente en el sistema pensional colombiano.



Se nos viene un mundo académico, intelectual, tributario y de política pública fuertemente influido por el libro de Pikettty, bien sea por pedir más impuestos a los ricos, que sin duda será el eje de la próxima reforma tributaria en Colombia, donde el tema de la tributación a los dividendos ya tiene un piso teórico y de moda; y por el otro lado se revisara en mucho detalle la efectividad de gasto público, y la generación de riqueza y redistribución en otras naciones diferentes a donde nacieron, ya que si se aumentan los impuestos a los ricos de un lado del mundo, es posible que el otro lado del planeta pierda esta redistribución. Sin duda, vienen grandes debates, y desafortunadamente han comenzado con muy poca profundidad y con demasiado interés político. 

sábado, 7 de junio de 2014

UN DEBATE MORAL, Columna para El Nuevo Siglo

Al final nos están poniendo a votar por la paz o la guerra, y esto conlleva a que las elecciones sean un plebiscito previo del proceso de paz, y por ende una validación del mismo; situación que conlleva una trampa enorme en su contexto, ya que si el ganador no tiene una mayoría absoluta, no sólo tendrá muy poca legitimidad en la mesa de diálogos, sino que se habrá fracturado al país de una manera irreparable.

¿Votaría usted por la paz?, claro que sí, ¿quién no lo haría?, ¿Quién en su sano juicio prefiere la guerra sobre la paz?, otra cosa es que en las urnas la gente vote por razones diferentes a esta y de dientes para afuera digan que votaron por la paz.

Sin duda este proceso es el comienzo formal del postconflicto para el constituyente primario, que lo están poniendo a elegir entre negociar con las FARC o levantarse de la mesa y atacarlas militarmente; al final sabremos qué piensa el país que elije (porque no todos votan) sobre la idea del fin del conflicto.

Lo preocupante es que se destapará una división latente y dormida en el país, donde muchos quieren paz, justicia y reparación, y otros están más encaminados a la justicia dura más con un perfil de venganza, porque sin duda han sido víctimas de una violencia histórica. Esta división quizá cause una nueva forma de violencia en el país, que bloquee el proceso de paz o su finalización, y eventos posteriores a la firma de un acuerdo de paz por el dialogo o las armas, como alguno afirman ocurrió con la muerte de muchos dirigentes de la UP.

Por eso no estamos en un debate presidencial sino que se ha llevado a un debate moral (casi mortal), donde debemos elegir sobre la forma de poner fin al conflicto, y por ende dar un mandato al nuevo presidente sobre cómo debe seguir el proceso en el que estamos; acá no se está votando por diferentes formas de ver la salud, la educación, los impuestos o cómo hacer infraestructura, estamos votando por el alma de nuestra nación, y por esto el 15 de junio será un punto de inflexión histórico en nuestro país.

Esperemos que los que no votan comprendan que se está jugando y las implicaciones que esto tiene para ellos, sus hijos y nietos, y que salgan a ejercer su deber y derecho del voto, porque hoy más que nunca el país los necesita, el país nos necesita.

Colombianada: Todos somos libres de votar por quién queramos, pero somos esclavos de la consecuencia nuestro voto.

martes, 3 de junio de 2014

¿CÓMO VOTAREMOS?​, Columna para Portafolio

Son muchos los ruidos alrededor de la campaña presidencial, donde sin duda ha sido muy exitosa la aparente estrategia del equipo de Zuluaga de anular los discursos y tácticas de Santos, eliminando primero a Rendón como asesor, diciendo que ahora apoya la paz y causando que no hayan diferencias visibles entre los dos candidatos, cooptando a los partidos por su mayor probabilidad de triunfo y quedándose en la centro derecha, viendo como la imagen de Santos se erosiona con las alianzas con la izquierda. Realmente ha sido hábil.

Más, de lo que poco se ha hablado de los resultados electorales de la primera vuelta es de la realidad del mercado electoral y más aún de la posición del elector. Dentro del discurso del proceso de paz, es evidente que es un bien mayor y deseado por todos, pero también es cierto que estamos en una parte del conflicto con muy baja intensidad gracias a lo ocurrido en los últimos 14 años; más si comparamos los datos contra el gobierno Pastrana, las cifras explican la votación: antes había más de 3.000 secuestrados, hoy hay cerca de 300; llegamos a más de 500 civiles muertos en un año y ahora es cercano a los 40; adicionalmente pasamos de cerca de 1.400 masacres al año, a 80 el año pasado. Todos estos datos son escabrosos pero cada vez son menores y hacen que las personas se sientan más seguras y con la percepción que la guerra es menor, y con este concepto les queda muy difícil estar pensando en una negociación de paz, si lo que se evidencia en apariencia es que se puede vencer a la guerrilla.

Adicionalmente, como bien se vio en el mapa electoral de la primera vuelta, los departamentos que votaron por Santos en su gran mayoría están afectados por el conflicto y esto se ha querido leer como una presión de las autodenominadas FARC en el proceso electoral, en vez de interpretarse como votaron por la paz los que sufren la guerra; lo cual se evidencia en que los que no tienen la intensidad del conflicto no están a favor del proceso; básicamente las ciudades no saben que es el conflicto interno colombiano y por eso desde sus cómodas sillas opinan que no se debe buscar una salida negociada al conflicto, sino permitir que las fuerzas armadas los venzan militarmente, sin saber que ninguna guerrilla ha sido vencida en la historia y que de una u otra manera se morirán más personas inocentes; es inevitable no acordarse de las palabras de alias Alfonso Cano diciéndole a Horacio Serpa después del fracaso de las negociaciones en México: ¿en cuántos muertos nos volveremos a encontrar?

Así, es claro que estamos en una situación que más de uno considera simple: no hay riesgo aparente y a la guerrilla se le puede vencer, con algunos daños colaterales de algunos cientos de colombianos muertos más, pero venceremos al final. Lo cual sobra decir que es inaudito, desinformado y mayormente iluso.

La segunda vuelta nos puede recordar una gran lección: el país urbano no conoce al rural, y si bien es cierto que la población urbana es más del 70% de los colombianos, el territorio rural es más del 90% de nuestra tierra, y esa tierra es el futuro de nuestro país.

¿MAL PRESIDENTE?, Columna para Portafolio Recibidos x

¿Mal Presidente? Por Camilo Herrera Mora En un chat de unos amigos muy inteligentes e informados, leí que estamos en un “Rookie Time”...