sábado, 31 de octubre de 2015

DE CARNES Y CANCER, Columna para Portafolio

Es realmente increíble la irresponsabilidad de la OMS al hacer sus declaraciones sobre el consumo de carnes y sus efectos cancerígenos; no he entendido si es un error de comunicación o que los medios comprendieron el mensaje mal, pero lo que muestran los números es completamente diferente.

Leyendo el comunicado de la OMS se evidencia que se pueden atribuir 50.000 muertes por cáncer colon rectal a las carnes encurtidas, de más de 8 millones de defunciones anuales de la enfermedad; esto significa que sólo el 0,6% de las muertes de cáncer son atribuibles a este tipo de comidas. Afirman que la ingesta de este tipo de carnes aumenta la probabilidad en un 18% de sufrir de este tipo de cáncer, que al hacer los cálculos significa que se pasa de 0,6% a 0,74%, es decir, que menos de 1 persona de cada 100 que mueren de ese tipo de cáncer por comer ese tipo de comida. Es decir, que existe un impacto, pero es mucho menor de lo que se ha expresado.

Pero más inaudito aún es que hayan dicho que las carnes rojas pueden causar cáncer, pese a que en su comunicado dicen que esto “no es concluyente”.

Salir a decirle al mundo una verdad seria como la que evidenciaron, sin medir que esa comunicación requería un tono y un contenido claro y comprensible para las audiencias, causa que se haya generado una noticia sobredimensionada que no solo afectará a la industria, sino que muchas personas pueden culpar a los encurtidos por su cáncer, pese a que la morbilidad es solo del 0,6%.

Una institución como la OMS debe ser más cuidadosa en su forma de comunicar, porque un hallazgo científico – por más relevante que sea – debe ser explicado en la medida que realmente tiene, ya que las personas creen lo que los medios le dicen y toman acciones con esto.

La comunicación no es una cosa que se hace a la ligera, y por un error como el que cometieron, muchas personas creerán por mucho tiempo que esto es tajante, y dejarán de comer carne y procesados, debido a un verdad a medias, afectando no solo la industria sino la calidad de vida de muchas personas en el planeta.

Educar al consumidor es fundamental, y desinformarlo es una de las peores aberraciones que se pueden hacer, y más aún cuando se suma a temores como el cáncer, que la mayoría de las personas lo tienen como uno de sus miedos principales o bien como una memoria muy dolorosa. ¿Cuántas personas no se estarán culpando por haber alimentado a un ser querido y pensando que fueron ellos los causantes de su muerte?

Lo mismo pasa con el sodio, el azúcar y otros “demonios” que hoy se satanizan, sin considerar la frágil conciencia colectiva. Sn duda los excesos son malos y hacen daño a nuestra salud, pero muchas generaciones han crecido comiendo carnes rojas, salchichas, gaseosas y cereales de desayuno sin que hayan muerto por sus componentes.

Al final todo es probable en la vida, incluso que los extraterrestres hayan hecho las pirámides, pero esta probabilidad es infinitesimal, y por eso nadie lo cree; pero si un médico le dice a usted que algo es probable, usted le cree, y si lo dice la OMS lo cree todo el mundo. Que irresponsabilidad.

viernes, 23 de octubre de 2015

BOGOTANOS Y ARGENTINOS: No dependemos de nada mas que nuestro voto

El domingo no votamos por candidatos sino por nuestros sueños. Un voto no es darle elrespaldo a alguien, es entregarle la responsabilidad que construir nubes para que podamos soñar despiertos.

El debate en Bogotá es fuerte, y muchos votaremos por el cambio, porque después de muchos años de concentración el poder, este se pervierte, se inutiliza y llena la ciudad de nubes negras; los argentinos harán lo mismo. Queremos ver a Peñalosa de Alcalde nuevamente y a Macry tumbar la tiranía de la continuidad.

No es un domingo cualquiera. Es ese en que nos debemos despertar y salir inmediatamente a votar, porque no dependemos nada más que de nuestro voto para cambiar el mundo en que vivimos. Las democracias no son perfectas, pero nuestro voto las acerca cada vez más a ser sensatas.

Muchos departamentos y ciudades elegirán como será su vida en los próximos 4 años, no con la promesa de la mejora absoluta, sino con la tranquilidad de elegir a alguien que quiera empujar la vida de muchos, mejorando su vida y no complicándola.

Votar es un acto extraño. Tiene algo de la sensación de comprar una lotería: uno quiere ganar pero no saber si lo hará, y vive en la emoción de qué hacer con el dinero, hasta que se entera que perdió. En la democracia la cosa es más compleja, ya que pese a saber que gano o perdió, debe vivir con la decisión de muchos, así no esté de acuerdo, y esto hace que muchos no voten, porque sienten que su voto no hará la diferencia: ¡Qué falta de autoestima!, con toda certeza mi voto define, porque no es la última gota la que llena el vaso, sino todas aquellas que llegaron antes.

Salgamos a votar, Bogotanos y Argentinos. Es momento de mostrar que las continuidades en que vivimos nos tienen capturados en la tristeza y la desesperanza: toda sociedad necesita cambios que permitan una bocanada fresca, un viento en otra dirección y un sueño por construir, y no un letargo por continuar. 

La democracia pide cambios de poder, porque el poder corrompe y porque siempre habrá una mejor opción. Imagínese por un momento que no cambiáramos de poder por algún tiempo y que los que gobiernan, dejan de servir y comienzan a mandar… eso es lo que  hoy vivimos: no tenemos servidores públicos para nosotros, sino una sociedad capturada por el poder de la ignorancia democrática.

Ser demócrata es simple: vote siempre con orgullo, sabiendo que hace y asumiendo las consecuencias de su acto, porque no elegir al candidato correcto, es un error irrecuperable, que no se corrige en el futuro, sino que nos atrasa inevitablemente.

Es momento de causar el cambio, de votar, de decir firmemente que no queremos lo mismo, que queremos soñar. Porque Bogotá y Argentina merecen que el sol salga y lo veamos con la esperanza de un nuevo día y no con el dolor de la condena. 

Colombianada: A votar por nosotros, a botar del poder a los que no sirvieron.

martes, 20 de octubre de 2015

ES MARKETING, NO RECETAS, Especial para la Revista P&M

Es mejor decirlo directamente: los CMO no pueden esperar recetas mágicas estandarizadas propuestas por exCMO, conferencistas o académicos, simplemente porque eso no sirve.

¿Por qué no sirve?, porque cada empresa tiene un plan estratégico diferente, y por ende sus mediciones, conocimiento de mercado y metas son completamente distintas. Si bien existen esquemas de comprensión, de mix de mercado e incluso de flujo de creación de los planes, no hay una receta universal que asegure el éxito en marketing, ni en economía, y ni siquiera en medicina.

El caso Zara, es el caso Zara; el caso Disney, es el caso Disney. Muchos han entendido que el éxito de Zara es la línea corta de producción, que permite la consolidación de la pronta moda; pero cuando ellos hablan, es evidente que la línea corta fue la solución, a la comprensión de la necesidad del consumidor y del foco de su estrategia. Esa confusión es común y hace que muchos tengan línea corta pero no un sistema continuo de comprensión de demanda y por ende el modelo no funciona.

Adicionalmente, la experiencia de otros, es muy valiosa siempre y cuando se comprenda que las condiciones de mercado son diferentes y que cualquier modelo no solo se debe adaptar a la estrategia de la empresa y los valores, sino también a la realidad del entorno: es muy diferente un mercado de $2.000 pesos por dólar, a un mercado con una devaluación cercano al 50%.

Un caso de éxito, es eso: un caso de éxito. Se pueden identificar buenas prácticas, comprender los análisis que dieron origen a las decisiones y como se mitigaron los riesgos, como bien se hace en las escuelas de negocios. Otra cosa muy distinta es comprar un libro que está de moda e intentar hacer lo que ahí dice.

Una cosa es la teoría y otra cosa el triste intento de implantar modelos exitosos (y los que no), por el simple hecho de ser una moda conceptual, cayendo en intentar hacer lo mismo que un líder. Parte fundamental de una estrategia exitosa, es que sea inesperada y novedosa, porque debe responder a interpretar los cambios del mercado o bien para modificarlo.

Algunos dicen que esto parte de la pereza de muchos, que al no saber qué hacer, se la pasan leyendo libros y asistiendo a foros, a ver qué casos de éxito son replicables y de que metodologías se pueden tomar cosas, pero la verdad es que así no funcionan las cosas: no existe una receta mágica para vender más, posicionar poderosamente la marca o aumentar la rentabilidad, porque cada negocio es completamente diferente, incluso el suyo con el de su competencia directa. Básicamente, solo Quala puede hacer las cosas como las hace Quala.

Comprender esto es fundamental en el mercadeo de hoy, que busca recetas simples y rápidas, como cirugías estéticas para perder peso. Las 4p son un buen esquema, que requiere ser adaptado 50 años después de su postulación, al punto ya hay 5p, 6c, pentágono-triangulo y demás modelos comprensivos de mercado y estrategia, como actualmente usado CANVAS.

¿Qué hacer?, lo de siempre. Focalícese en su la satisfacción de su consumidor, en sus capacidades, analícelo desde sus valores corporativos, diseñe métricas que le permitan saber si está cumpliendo sus metas y por qué, y focalice su accione en acciones continuas. Lo cual no es una receta, no una fórmula mágica, sino un esquema de pensamiento que pone la satisfacción del consumidor en la mitad de la ecuación, pero si su negocio es de rentabilidades de corto plazo, seguramente no funcionará.

El objetivo del marketing es simple: activar los mercados; es decir, hacer que la oferta y la demanda se encuentren, y esto en un mundo cada vez más heterogéneo es un reto enorme. Desde el “go to market”, donde se pasó de tener vendedores, a grandes góndolas donde la persona se convierte en “shopper” y el peso de la venta está el comprador, en una venta transaccional a distancia sin interacción, donde la marca tiene un rol enorme, y pasa al reino del “go to consumer”, donde se retoma la interacción personalizada y con un cambio enorme de canales de venta. Los modelos para vender a muchos, simplemente son diferentes a lo que se necesitan para vender uno a uno.

La economía ya comenzó a comprender que sus normas de libre mercado del mundo físico, como el precio y escasez, no funcionan en el mundo digital donde reina la abundancia y lo gratuito. Quizá es momento de comprender que el marketing homogéneo también ha desaparecido y ahora hay que crear modelos para cada cliente. No es fácil, ¿pero para que estamos?

LA TRAMPA DE LOS DESCUENTOS, Columna para Portafolio

Mucho de la pobre dinámica de la industria colombiana, se debe a la guerra de descuentos en el comercio, particularmente en los productos de consumo final. Por muchas cosas la industria ha tenido un mal desempeño últimamente, donde hay cosas evidentes como el tipo de cambio, que motivó las importaciones y desmotivó las exportaciones, pero poco se habla de la dinámica en los precios al consumidor final en este periodo.

Algunos dirán que el periodo 2008-2014 fue especialmente bueno para los consumidores porque consiguieron productos a precios mucho menores y que esto mejoró su calidad de vida; lo cual puede ser cierto hasta un punto. La verdad, es que los precios de los bienes semidurables y durables se redujeron de manera importante, y esto contagió la totalidad de sistema de productos, que no necesariamente podían entrar en esa dinámica.

Industriales y comerciantes comprendieron que el comprador estaba reaccionando a precios bajos, y al caer la crisis financiera de 2008-2009, se dio origen en el país a una la batalla de descuentos muy fuerte, que bajó los precios de muchos productos, afectando el margen de industriales y comerciantes.

Este proceso se ha mantenido hasta la fecha, con el problema que nadie quiere dar el primer paso para salir de ahí, ya que si alguien sale del mapa de descuentos, su competencia aprovecha para tomar puntos de mercado, sin importar la rentabilidad. Esto ha causado que tengamos una gran dinámica en ventas de productos pero con márgenes menores, afectando la competitividad de la industria local y poniendo al comercio en la necesidad de buscar nuevos negocios.

Esto desestructuró el mercado, ya que el comprador busca promociones, pero la industria ya no tiene como bajar más los precios y el comercio se ve complicado ante sus nuevos focos de acción y la entrada de nuevos competidores. Lo que se profundiza con la devaluación, que aumenta el valor de los importados y de los insumos de muchas producciones locales, causando que los precios deban subir, pero nadie se atreve a hacerlo de manera clara, por el temor a la reacción de su competencia.

Hoy los hogares tienen un buen flujo de ingresos y subir los precios (o no bajarlos más) es posible por tres razones fundamentales: la gente comprende el impacto de la devaluación, los hogares entraron en un proceso de premiunizacion y eso hace que el precio no sea tan importante, y finalmente, pueden hacer sustituciones de consumo o cambios de frecuencias de compra.

Desafortunadamente muchos industriales y comerciantes prefieren seguir comprando mercado a costa de su propia sostenibilidad, lo que dejará al mercado con dos o tres jugadores por categoría, eliminando a muchos de los pequeños y medianos empresarios, y el comercio se deberá concentrar rápidamente para no perder rentabilidad y buscar nuevos hoizontes: La industria solo puede hacer lo que sabe, pero el comercio puede comerciar más cosas, y por eso se desempeña mejor.

En este momento los industriales deben reaccionar, revisar sus costos, sus márgenes y redefinir el mercado o de lo contrario no solo seguirá de capa caída la producción, sino que el mercado será tomado por nuevos jugadores y se verán concentraciones monopólicas. Mientras el consumidor sigue recibiendo un subsidio para comprar cosas baratas hoy, que mañana le costarán la libertad  de elegir.

La trampa de los descuentos, Columna en Portafolio

Mucha de la pobre dinámica de la industria colombiana se debe a la guerra de descuentos en el comercio, particularmente en los productos de consumo final.
La industria ha tenido un mal desempeño últimamente, donde hay factores evidentes como el tipo de cambio, que motivó las importaciones y desmotivó las exportaciones, pero poco se habla de la dinámica en los precios al consumidor final en este lapso.
Algunos dirán que el periodo 2008-2014 fue especialmente bueno para los consumidores porque consiguieron productos a precios mucho menores y que esto mejoró su calidad de vida; lo cual puede ser cierto hasta un punto. La verdad es que los precios de los bienes semidurables y durables se redujeron de manera importante, y esto contagió la totalidad del sistema de productos, que no necesariamente podían entrar en esa dinámica.
Industriales y comerciantes comprendieron que el comprador estaba reaccionando a precios bajos, y al caer la crisis financiera de 2008-2009, se dio origen en el país a una la batalla de descuentos muy fuerte, que redujo los precios de muchos productos, afectando el margen de industriales y comerciantes.
Este proceso se ha mantenido hasta la fecha, con el problema de que nadie quiere dar el primer paso para salir de ahí, ya que si alguien abandona el mapa de descuentos, su competencia aprovecha para tomar puntos de mercado, sin importar la rentabilidad. Esto ha causado que tengamos una gran dinámica en ventas de productos, pero con márgenes menores, afectando la competitividad de la industria local y poniendo al comercio en la necesidad de buscar nuevos negocios.
Esto desestructuró el mercado, ya que el comprador busca promociones, pero la industria ya no tiene cómo bajar más los precios y el comercio se ve complicado ante sus nuevos focos de acción y la entrada de nuevos competidores. Lo que se profundiza con la devaluación, que aumenta el valor de los importados y de los insumos de muchas producciones locales, causando que los precios deban subir, pero nadie se atreve a hacerlo de manera clara, por el temor a la reacción de su competencia.
Hoy los hogares tienen un buen flujo de ingresos y aumentar los precios (o no bajarlos más) es posible por tres razones fundamentales: la gente comprende el impacto de la devaluación, los hogares entraron en un proceso de ‘premiunización’ y eso hace que el precio no sea tan importante, y finalmente, pueden hacer sustituciones de consumo o cambios de frecuencias de compra.
Desafortunadamente, muchos industriales y comerciantes prefieren seguir comprando mercado a costa de su propia sostenibilidad, lo que dejará al mercado con dos o tres jugadores por categoría, eliminando a muchos de los pequeños y medianos empresarios, y el comercio se deberá concentrar rápidamente para no perder rentabilidad y buscar nuevos hoizontes: La industria solo puede hacer lo que sabe, pero el comercio puede comerciar más cosas, y por eso se desempeña mejor.
Los industriales deben reaccionar, revisar sus costos, sus márgenes y redefinir el mercado, de lo contrario no solo seguirá de capa caída la producción, sino que el espacio comercial será tomado por nuevos jugadores y se verán concentraciones monopólicas. 
Mientras, el consumidor sigue recibiendo un subsidio para comprar cosas baratas hoy, que mañana le costarán la libertad de elegir.

sábado, 17 de octubre de 2015

GRACIAS TOTALES, Mi última columna para El Nuevo Siglo

Un día de 2002, tomé coraje de llamar a Don Juan Pablo Uribe, para pedirle una cita y tratar de convencerlo de darme una columna en este diario, para compartir mis opiniones sobre economía y la cultura, porque el futuro del país pasaría por este debate; cuando entre a su oficina, me miraba con cara de sorpresa al ver mi juventud y algo de alegría en sus ojos, que me decía que le gustaba la gente segura de sus ideas.

Ya son más de 650 columnas que he escrito en este diario desde octubre de 2002, cuando comencé explicando la importancia de la economía cultural en el desarrollo del país, hasta el sábado pasado cuando plantee que la paz es mucho más que el acuerdo en La Habana. Tuve el honor de ser parte de uno de los grupos de columnistas jóvenes que Juan Gabriel Uribe coordino para visibilizar nuevas ideas opiniones en el país, de los cuales has ya varios senadores, funcionarios públicos, jóvenes padres y madres, pero sobre todo, grandes personas que aman este país, demostrando el éxito de su visión. Hombre que me formó en la política, la lógica y la complejidad nacional.

He escrito sobre economía, política y mercadeo, he opinado, filosofado y redactado cartas públicas de amor y de oposición, mientras veo como el país cambio en los comienzos de este Nuevo Siglo. Algunos lectores me siguen habitualmente, situación que siempre me sorprendió y me halago, porque nunca me considerado un buen columnista, sino una persona que quiere compartir lo aprendido y debatir ideas públicamente, sin que estas sean siempre incomodas, sino necesarias.

Hoy, mi vida es maravillosa. Soy feliz con mi esposa, orgulloso de mis hijos, realizado con mi empresa, comprometido con el conocimiento y un enamorado de mi país. Soy economista por convicción, filósofo por inevitabilidad y marketero por pasión, y desde esa primera columna sobre economía cultural, el escribir cada palabra me ha enseñado mucho, me ha formado, pausado, alterado, emocionado y descansado al lograr ordenar las reflexiones que pasan en mi mente sobre el país de ayer, hoy o mañana y que creo deben ser compartidas.

Hoy escribo mi última columna para este diario, no porque me haya cansado o me hayan pedido el espacio, porque no me cansare de opinar y sé que en esta casa me apoyan incondicionalmente, cosa de la que me precio, como la gran amistad con muchos de los que trabajan tras estas páginas. Lo hago porque debo hacer un alto en el camino y ordenar muchas cosas de mi morral para seguir caminando. 

A todos lo que me han leído: Gracias, por darme unos segundos de su vida para hablarle de lo que opino de la vida, de mi país, del pasado, del futuro, y si algún día mis palabras les sirvieron de algo, me doy por bien servido, por haberle cumplido a esos ojos que hace 13 años creyeron en mí.

Colombianada: El Nuevo Siglo comenzó con un sueño de un país en paz, y ha ayudado a despertar a muchos para hacer realidad ese sueño. Gracias Totales.

sábado, 10 de octubre de 2015

EL ACUERDO NO BASTA, Columna para El Nuevo Siglo

Si en marzo de 2016 se firma el acuerdo con las FARC, comenzará un proceso que requerirá muchos más cambios que los firmados y de los cuales poco se ha hablado: debemos comenzar un enorme proceso de cambio cultural.

Los colombianos no confiamos los unos en los otros, delegamos responsabilidades y buscamos atajos para hacer las cosas, incumpliendo continuamente la ley. Esto hace que el acuerdo de la Habana sea muy lejano a llegar a la paz, porque para lograrla los colombianos debemos pensar más en nuestros deberes que en nuestros derechos y esto es muy difícil de lograr, ya que muchas personas en nuestro país están acostumbradas a tomar el rol de beneficiarios del Estado y no de ciudadanos.

Debemos comenzar a debatir las salidas a estos temas, o de lo contrario las cosas no cambiaran de manera profunda. Ya en esta misma columna  he mencionado anteriormente que como máximo el 10% de los homicidios en Colombia son causados por el conflicto y ese indicador nos muestra que nuestra paz no proviene de la desmovilización de las guerrillas, sino del cambio de nuestra sociedad a ser más cívica.

En nuestro escudo ha estado la respuesta hace muchos años, como un mensaje que debíamos ver continuamente y por algún motivo lo olvidamos: libertad y orden. Frase que no es excluyente sino complementaria, ya que no es posible tener libertad sin orden y viceversa, pero por diversos procesos culturales que se han gestado, los colombianos somos dados a tener problemas con la autoridad, como el eterno ejemplo del ladrón que es capturado por la policía.

En los últimos años hemos demostrado que el cambio cultural es posible: usamos cinturón de seguridad, pasamos por la cebras, dejamos de fumar, hay menos accidentes de conductores borrachos y los jóvenes usan cada vez más condones, dejando ver que desde el gobierno se pueden direccionar cambios culturales para reconstruir nuestra ciudadanía, sin necesidad de un esquema autoritario ni una revolución cultural.

A veces, los planes de convivencia son vistos como un tema light por las personas y muchas autoridades, pese a que son el eje del éxito del resto de las políticas públicas. Un buen ejemplo de esto es la persona que al cuidarse en salud, alimentación y haciendo ejercicio, usa menos el sistema de salud y libera recursos para aquellos que están gravemente enfermos, demostrado que la salud preventiva es muy poderosa, siendo el sistema de vacunación la joya de la corona de este proceso.

Debemos ser ciudadanos, cívicos, cumplir con los deberes y saber usar nuestros derechos, y no pensar que tenemos derecho a todo sin dar nada. Así, no hay sociedad que resista.

Colombianada: vivir en una ciudad requiere usar el andén como anden, la cebra como cebra y la calle como calle, pero algunos usan el andén como calle, la calle como cebra y la cebra como anden.

martes, 6 de octubre de 2015

¡CRECERÍAMOS UN 0.5% MÁS!, Columna para Portafolio

Suena fuerte pero hay que decirlo: según un análisis de RADDAR y de la Corporación Bienestar, si los bogotanos eligen un alcalde que cambie la actual línea de gobierno, esto podría generar un crecimiento adicional del 0,5% al PIB de 2016, e incluso, cerca de 0,1% en el de 2015.

Este no es un estudio con tendencia política, ni para atacar a la línea de gobierno que está en la ciudad hace 11 años. Es un análisis que nace de la relación entre la confianza del consumidor y la línea política de gobierno. El cálculo se desarrolla desde los datos del gasto de los hogares, la confianza del consumidor y las percepciones de la opinión pública frente a los mandatarios, y se puede evidenciar que un cambio en la dirección de gobierno, genera una sensación positiva en la demanda que dinamiza la economía local, y por ende la nacional.

Básicamente, el péndulo político en la ciudad se ha mantenido quieto por 3 gobiernos, causando una fuerte reacción de la opinión pública, congelando el POT y causando una concentración de poder por 11 años, que al cambiar de dirección se redinamizan los flujos económicos hacía otros sectores, generando inclusive más empleo.

Los datos del Gallup Poll son claros: Bogotá está en su punto más alto de respuestas negativas en la pregunta “cree que las cosas en la ciudad están mejorando”, y esto implica que las personas se sientan cohibidas a hacer gastos en bienes durables e inversiones, al punto que ese gasto en los hogares de ingresos altos, crece menos que los del resto del mercado en los últimos 12 meses, lo que sin duda tiene importantes implicaciones económicas, y que no solo tienen su génesis en la devaluación.

Por esto, si los bogotanos eligen a un gobierno diferente, es muy posible que algunos consideren que la ciudad mejoró al día siguiente, y gracias a la esperanza que se causa de mejores tiempos, dinamicen la demanda en la ciudad en los últimos dos meses del año y todo 2016, debido a que se encuentran en una fuerte contención de compra.

Por el contrario, si los bogotanos eligen la continuidad, es muy posible que el efecto sea contrario, y la demanda continúe resentida este año, dándole un fuerte golpe a la generación de empleo en el último bimestre; sin que esto signifique la ciudad colapsará o tendrá una recesión, vale la pena aclarar.

Pocas veces en la historia político-económica del país se pueden evidenciar estos procesos, como ocurrió con la elección de Andrés Pastrana de Presidente de la República, evitando la continuidad del Samperismo, que causó serios problemas de confianza en los compradores e incluso de los inversionistas.

Bogotá tiene una enorme oportunidad de cambiar su ánimo colectivo en una decisión colectiva, que de entrada tiene serios retos, como la fractura de los votantes por el cambio en la ciudad en dos candidatos, que hacen que exista el riesgo que la continuidad gane las elecciones.

Si a esto se suma la devaluación, la inflación, la menor creación de empleos y la salida de la industria de la ciudad en los últimos años, se puede decir que la elección del 24 de octubre puede ser el hecho económico más importante del año, porque puede generar un claro cambio de tendencia del mercado, por un efecto netamente perceptual: un nuevo horizonte de gobierno político en la ciudad.

sábado, 3 de octubre de 2015

6 MESES, Columna para El Nuevo Siglo

Se vienen 6 meses donde la tensión nacional será compleja. Será un tiempo de ataques, de malentendidos, sobreentendidos, malversación de información y sin duda, juego sucio de todas las partes. El costo de esta paz, comienza con un juego de confianza.

El paso que el país está dando es enorme, y todo esfuerzo de dicha magnitud, tendrá una fuerza contraria igual de fuerte. No es posible tener un cambio sin causar alguna crisis, y el gran reto del gobierno no será defender el proceso, sino lograr manejar correctamente la información en este tiempo: ya las FARC dicen que 6 meses es poco tiempo, que mucho de lo que el gobierno está diciendo no es cierto, Uribe dice que el proceso de paz parece ser para llevarlo a la cárcel, y el Procurador está procurando afectar el ambiente.

Toda esta presión es buena, sana y será fundamental para construir el marco de confianza que esto requiere, lo que pone a los voceros del gobierno en una prueba muy compleja: usar la prudencia y el silencio, para no contestar todo lo que se diga, y hacer que el pueblo colombiano comprenda que acá no cabe “el que calla otorga”, sino “a palabra necias, oídos sordos”.

Ya, “no hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla”, lo cual es un reto enorme que hará que las cosas deban pasar, y esto no se puede confundir que deban pasar contra viento y marea, ni mucho menos al costo que sea, ni como sea. Quedan pocos días para definir una arquitectura compleja, que dará pie a un gran proceso de construcción de Nación que hemos evadido por años.

Esto acabará la excusas, las barreras, las desconfianzas, los sofismas y las “macartizaciones”, y esto es una transformación cultura enorme donde las diferencias generacionales serán difíciles de manejar, exigiéndonos crear un mensaje nacional más allá de la paz, del fin del conflicto, de las amnistías y de los retos; este mensaje debe ser de renacimiento, de reconstrucción, de colectividad y de aceptación de la diversidad de pensamientos, formas y actuares.

Es emocionante pensar en todo lo que viene, con la enorme fortuna que 2016 no tiene procesos electorales locales, y que se podrá abordar este nuevo panorama político sin la terrible presión de la necesidad de conquistar electores con acciones fáciles y populares. Simplemente, cada vez es más fácil sentirse colombiano.

Colombianada: En seis meses el país saldrá de prisión, y debemos comenzar a conocer, comprender y perdonar a este preso que se quiere regenerar.

¿MAL PRESIDENTE?, Columna para Portafolio Recibidos x

¿Mal Presidente? Por Camilo Herrera Mora En un chat de unos amigos muy inteligentes e informados, leí que estamos en un “Rookie Time”...