miércoles, 12 de diciembre de 2018

¿MAL PRESIDENTE?, Columna para Portafolio Recibidos x

¿Mal Presidente?
Por Camilo Herrera Mora

En un chat de unos amigos muy inteligentes e informados, leí que estamos en un “Rookie Time” en este gobierno, debido a que no se siente que las cosas estén andando con claridad; creo que esto es algo injusto, pero sobre todo peligroso de afirmar, porque de las expectativas se crean tenebrosas realidades.

Cuando Uribe subió a la presidencia en 2002, le tomó varios meses para poder poner su gobierno en marcha, con la enorme ventaja de una popularidad de “guerra” que le dejó el proceso de paz de El Caguán; 4 años después, fue reelecto de manera abrumadora, sin necesidad de hacer empalmes; lo mismo le ocurrió a Santos, que toma el gobierno de Uribe, gabinete e instituciones y no tiene un ajuste en su primer año de gobierno; en su segundo mandato, continuó con su propio equipo, pese a los deseos de muchos; esto nos deja ver que en los últimos 12 años, no habíamos tenido un empalme de gobiernos, porque solo se debería comparar a Duque con lo que paso en 1994, 1998 y 2002, pero solo miramos lo que paso en 2014.

También, he oído que sus ministros son algo “tibios”, y algunos dicen que son muy “jóvenes e inexpertos en el cargo”, lo que es consecuencia de lo anterior, ya que un gobierno, que se ha dedicado a hacer política sin acuerdos políticos, pagando el costo de la soledad en el Congreso y en los medios de comunicación. Cabe anotar, que esos mismos que hablan de la “tibiedad ministerial”, son los mismos que dicen que los viceministros son técnicos de primer nivel y que eso da tranquilidad.

Si bien la reforma a la justicia, a la política y los puntos de referendo anticorrupción están muy embolatados en el Congreso, y la innegablemente necesaria “Ley TIC”, para la convergencia de las telecomunicaciones, está siendo atacada desde la coyuntura de lo que le pasó a LosPurosCriollos, los debates de la Ley de Financiamiento han dejado un panorama muy interesante: el gobierno llegó con una fuerte posición técnica, y las comisiones conjuntas, con una mezcla de experiencia y renovación, dieron un debate más técnico que político, logrando una nuevo proyecto de ley, que unió la técnica y necesidad de Hacienda, con la política y temperatura de la sociedad, dejando ver un nuevo panorama político, algo inesperado y grata sorprendente, donde en  los debates, la mermelada estuvo ausente.

Este comienzo del gobierno Duque era esperable, pero la gente siempre quiere más; una parte del país quería el fin de la corrupción por decreto, incluyendo la reducción de salarios de altos funcionarios y el aumento de los presupuestos de educación más allá de lo posible, llevados por una justificada emotividad, pero con una fuerte ausencia de racionalidad y legalidad.

Ha logrado un importante cambio político, con el respaldo de buenas cifras económicas. Hay que darle tiempo y darle tiempo; es decir, esperemos a que presente su plan de desarrollo (su programa de campaña, más lo que concerté con todas las fuerzas políticas), y para eso debemos lograr darle más tiempo para que todo pase.

Este presidente no será reelecto, y eso hace que pueda hacer lo necesario y no solo lo popular; No es malo, solo está comenzando; pero si seguimos diciendo que lo es, es posible que causemos que así lo sea. No seamos Duquistas, seamos realistas.

miércoles, 31 de octubre de 2018

LA INMORALIDAD DEL FUTBOL Y DE MERCADO, Columna Revista P&M

La inmoralidad del fubol y del mercado
Por Camilo Herrera Mora
Fundador de RADDAR Consumer Knowledge Group
Septiembre de 2018

El partido acabó. El marcador quedo 1-0. Los libros de estadística dirán que ganó el equipo blanco al negro y que el gol lo metió el número 3. Esto hará que el equipo blanco avance en el torneo y el negro quede rezagado.

Muy pocos se acordarán de los detalles de ese partido, donde llovió con mucha fuerza, las graderías estaban a reventar, porque las dos hinchadas sabían que era un partido muy importante, un partido de octavos de final, donde el que perdiera saldría del torneo. El arbitraje fue muy criticado, porque una cosa son las reglas del futbol y otra que los jugadores no las cumplen, y solo es falta si el árbitro la pita, pese a que el público y la audiencia televisiva vieron que ese gol fue una trampa, se hizo en fuera de lugar. La historia dirá que ganaron los blancos, pero con trampa, donde nunca se sabrá bien si sabían de la trampa o no, pero al verlo, solo dijeron: así es el futbol.

La Federación, pese a ver en los videos el fuera de lugar, no dijeron nada, porque por alguna extraña razón, se acepta que se falte a la normas, y pese a saber la verdad y tener pruebas, las autoridades no hacen nada, porque consideran que así pueden ser las cosas.

Se habla de “suerte” e injustica, dependiendo a quien se le pregunte, pero la verdad se conoce plenamente y en los libros de historia quedará validada esa injusta suerte, porque al final, lo que se ve son los resultados, y rara vez queda escrito todo lo que paso, los esfuerzos, las frustraciones, las trampas, las faltas y si bien la gente sabe que el gol no debía serlo, cabizbajos aceptan que perdieron, mientras los otros felices piensan que ganaron.

El mercado, el mercadeo, el comercio, las empresas y el estado son tan parecidos a esto; conocemos las normas, las incumplimos, todo el mundo se da cuenta y al final ni las autoridades actúan, y la empresa que gano, cree que lo hizo, pese a que perdió mucho al hacer trampa, y quien lo hizo bien, perdió, incluso al punto de quebrar en algunos casos, porque la competencia “compró mercado”, incumpliendo las normas de juego, pero en límite donde nadie sabe si eso está bien o está mal, o simplemente es parte del juego.

Que una empresa mantenga precios bajos, perdiendo dinero y financiando el proceso con capital de trabajo diferente al generado en la competencia del producto, es una trampa clara, pero válida. Injusta, pero es una estrategia a la que muchos sin ningún problema aplauden o consideran tan válida, que ellos mismo la usan, justificándose en argumentos tan débiles que no tienen como mostrar que pierden dinero todo el día, causan despidos masivos, engañan al comprador, inclinando la balanza a su favor, causando que al final el marcador los favorezca y quede escrito así en las estadísticas del mercado.

No hay nada gratis. Lo sabemos pero parece que no lo entendemos. Cuando vemos un producto más barato que el promedio del mercado, se hace evidente que esa empresa hace algo más barato que las demás; puede ser que tiene menos utilidades, lo que significa que sus inversionistas son los que pagan; puede ser un tema de insumos, donde quizá hacen que sus proveedores paguen esa diferencia,  con un costo financiero de un pago a más de 60 días; quizá el producto es de una calidad menor a la del promedio del mercado, haciendo que sea el consumidor el que pague, con una satisfacción inferior, as para él no sea completamente perceptible. Alguien paga el menor precio, alguien lo hace.
El gran dilema, es cuando, nos damos cuenta que por el precio bajo de alguien, siempre terminamos pagando todos; porque al tener un menor margen, el impuesto de renta es menor; al cargar el costo al proveedor, este será menos rentable, no solo pagando menos impuestos, sino afectando su sostenibilidad,  llevando a un punto muy vulnerable, done siempre hay alguien dispuesto a remplazarlo; no en pocos casos, el consumidor termina comprando un segundo producto, porque se equivocó al comprar el barato, recordando por qué se dice que lo barato sale caro. Más, aún no hemos hecho conciencia de una cosa, que nos incomoda mucho, y es que si venden más barato, se paga menos IVA, y pese a todo lo que se pueda decir de la corrupción política, menos recaudo de impuestos significa que todos perdemos.

Así, nuestro mercado es como ese injusto juego, donde gana alguien a costa de la competencia, las normas, las autoridades, su hinchada (a la que engaño) y todos al final, porque vemos como el bello espectáculo del futbol que entretiene a millones, fue burlado por el uso indebido de las normas del juego, corropiendo el sistema y acostumbrando a la gente que lo que importa es el marcador y no el buen juego.

martes, 30 de octubre de 2018

SI SOMOS MENOS, Columna para Portafolio

Muchos analistas nos equivocamos y me cuento en ellos. Sabíamos que trabajábamos con cifras de población proyectadas del censo de 2005, donde no se consideraban las migraciones, los cambios recientes de las tasas de natalidad y la menor tasa de defunciones; incluso, se nos olvidó estar pendientes de la cantidad de muertes que ha tenido el conflicto o del éxito esperado de las políticas de planificación.

Esto significa que en el país somos menos, y el DANE ha tenido la valentía de decirlo, pese a lo que eso le costará enreputación, no por un error de ellos, sino por la cómoda mediocridad nuestra, que con una simple revisión de datos, podríamos darnos cuenta que el reloj población, no concordaba con los datos de la Encuesta Continua de Hogares, que pone la población por lo menos 2 millones abajo.

El error fue nuestro, por no calibrar nuestros datos y al final es un éxito del DANE, porque pudo darse cuenta de cuanto creemos en él, al punto de no dudar en sus cifras, las que no solo consideramos oficiales, sino indudables.

Sabemos que todos los trabajos del DANE son investigaciones con definiciones concretas, niveles de confianza y márgenes de error, que ya se nos olvidó mirara en detalle, para analizar correctamente sus resultados, como ocurre con la muestra al comercio minorista, o el caso de la inflación, que pese a ser detallada por ingresos y ciudades, consideramos la nacional promedio como la verdad absoluta.

Este censo será histórico, no solo porque nos dice que vivimos menos personas en el país, sino porque nos mostrará que hay más extranjeros de los que pensábamos, que hay más colombianos por fuera del país de lo que recordamos, que morimos menos después de las violentas guerras del narcotráfico en los noventas y que nuestros pobres ha reducido su natalidad más de lo que reconocemos, y que nuestra pobreza es diferente a la que pensamos.

Este cambio de número, que estimo (atrevidamente), será cerca de 46 millones de colombianos más dos millones de extranjeros, menos cuatro millones de nacidos en el país que viven por fuera, nos deja con el enorme reto de revisar nuestros per cápita y nuestra percepción del país.

El nuevo dato poblacional nos deja con un per cápita 10% más alto que lo que estimábamos, lo que significa que para los 189 países medidos por el World Economic Outlook del FMI, Colombia es el país número 89 en la medición de per capitas en paridad de compra; más, con el ajuste poblacional, pasamos a ser el país número 83, superando a China y pasando a Brasil en la región. Lo que mostraría otra razón de porque el mundo nos ve menor de lo que nosotros mismos aceptamos.

Para nosotros los analistas, esta cifra es un enorme llamado de atención, no sobre la calidad de trabajo del DANE, sino sobre nuestra pobre capacidad de análisis en muchos casos y nuestra enorme ingenuidad en otros. Lo que es curioso, es que estamos en un momento, en que si nos comparan con comentaristas deportivos, es como si estuviéramos bravos porque la FIFA hubiese ajustado sus datos de selecciones, y Colombia ya no fuera la 14 del mundo, sino que estuviera entre las 5 primeras.

¿SIN MAMÁS?, Columna para Portafolio

¿Cómo será un mundo sin mamás, o por lo menos, uno donde sean una minoría?, es una pregunta que debemos comenzar a hacernos, porque el cambio demográfico es tan grande, que es posible que en Colombia hoy tengamos más hogares con mascotas, que con hijos.


Esta dinámica demográfica redefine no solo lo que sabemos de la familia, sino de la economía, el mercadeo, el gasto e incluso el endeudamiento bancario, porque una de las premisas del modelo económico y del mercadeo, es la existencia del hogar como agente económico, y como este está pasando de ser bigeneracional a unigeneracional, las estructuras de gasto están cambiando radicalmente.

Cerca del 26% de los hogares en Colombia no tienen hijos, lo que significa no solamente que su gasto es diferente, sino que sus preferencias, visión de futuro e inversiones son completamente distintas, porque cuando una persona no tiene hijos, tiene una visión de largo plazo muy difusa y tiende a hacer más gastos que inversiones, como en el caso del turismo y el entretenimiento, frente la compra de vivienda o los sistemas de ahorro educativo.

Un mundo sin mamás, no es apocalíptico, pero si nos abre un debate enorme a muchas preguntas; hoy, con el aumento de la longevidad, es cada vez más común ver a bisabuelos con sus biznietos, demostrando la presencia de por lo menos 4 generaciones, pese a que las mamás tienen hijos cerca de sus treinta años. Así, en pocos años, veremos menos abuelas, porque las mujeres decidieron no tener hijos, transformando completamente la imagen de sociedad que tenemos hoy.

Esta tendencia parece no tener reversa y veremos como las marcas de productos para bebes, deberán mirar sus ventas a otros productos o desaparecer, y presenciaremos como los centros comerciales, van a pintar los parqueaderos para embarazadas, en más espacios para discapacitados, o una nueva minoría con necesidades particulares que aún no conocemos.

El día de la madre será lentamente una fecha que se comenzará a diluir, mostrándonos como el rol más importante de la familia comienza a ser tan escaso, que se convertirán en minorías que deberán ser defendidas con mucho ahínco, porque será incomprendida por muchos. Las salas de maternidad, la ginecología, las salas de parto, las de amamantar se quedarás solas, siendo remplazadas seguramente por la ortopedia o la geriatría.

Muchas cosas cambiaran cuando nos quedemos sin mamás, como el que nos quedaremos sin abuelas, pero también sin papás, sin abuelos, sin tíos y primos, sin juguetes, triciclos, pañales para niños y miles de cosas, instituciones, lugares, olores, sabores, productos, servicios, amigos, familiares, álbumes fotográficos y hasta canciones de cuna.

Veremos un mundo sin hambre, sin pobreza, sin mamás, sin niños. Debemos prepararnos para esto, sin verlo como algo bueno o como algo malo, pero el comienzo del freno de nuestra población, no solo en Colombia sino en todo el mundo, donde las políticas de planificación familiar, comenzarán a cambiar de mecanismos para el sexo seguro, hacía el fomento de la natalidad en las nuevas generaciones.

Un mundo de adultos, sin niños; una visión demográfica tan dura, que llegaremos a muchas cosas que hoy con normales y necesarias. Preparemos para esto, comenzando por grabar la risa y el llanto de un bebe, porque es posible que no los volvamos a oír.

jueves, 20 de septiembre de 2018

PORQUE LOS COLOMBIANOS SOMOS POBRES --Revista P&M --

¿Qué se debería entender en Colombia por pobreza?

Es una pregunta muy difícil de responder, porque la definición de pobreza es dinámica y relativa; es decir, la definición de pobreza ha cambiado en el tiempor, porque no es lo mismo ser pobre hoy que hace 50 años y una cosa es lo que cada quien cree que es la pobreza.
Según esto, según los estudios del DANE, la población en pobreza monetaria en Colombia es menor al 26,9%, más cuando se le pregunta a las personas, el 29,6% se considera pobre, siendo esto más alto en las zonas rurales, donde la percepción llega al 51%.
Lo que muestra que las cifras y las percepciones no están tan desalineadas, pero al ver la medición de pobreza multidimensional, es el 17% de la población, porque considera mas cosas que solo el ingreso, sino el patrimonio y las oportunidades.
La clave es entender que Colombia no es un país de pobres, sino un país donde hay gente pobre.

¿En esa medida cuántos pobres hay en Colombia?

Depende de la medición; se declaran pobres 14´504.000 (29,6%); se estiman monetariamente pobres (es decir por ingreso) 13´181.000; y al medirlos según el método de pobreza multidimensional, solo serían 8´330.000,

¿Cuáles son las causas (sociales, políticas, económicas) de la pobreza en Colombia?

Sería maravilloso poder responder esta pregunta, pero la respuesta no es clara. La pobreza entendida como un problema de ingreso, tendría su origen en el empleo, la ocupación, los salarios, la educación, el modelo laboral e incluso la relación con las empresas;
La pobreza entendida desde lo multidimensional, tendría que ver no solo con acceso a educación, sino a la propiedad y acá hay un lio muy complejo, porque muchos campesinos tienen tierras, pero en valor no son comparables con las de la ciudad.
La idea de las políticas sociales es aumentar el ingreso de las personas para que puedan adquirir lo necesario y comenzar a consolidar su patrimonio y las capacidades para seguir mejorando su ingreso, es decir, ahorro y educación; esto se hace con cosas como el salario mínimo y los subsidios, pero para poder corregir la pobreza se necesitan más cosas, en particular cambios culturales muy profundos, para que la gente luche por dejar de ser pobre, ya que algunos (no todos) prefieren quedarse en condición de pobreza.

¿Podrán los pobres dejar de ser pobres, Cómo, Por qué?
Básicamente pensando diferente;
Ser pobre no es solo no tener plata o no tener casa, es no tener la capacidad de mantener el ingreso y la casa, y de mejorar eso.
La pobreza solo puede ser vencida, si las personas desean hacerlo; esto enormemente impopular de decir, porque parece incomprensible que la gente no quiera dejar de ser pobre, pero una cosa es lo que gente dice y otra cosa lo que la gente hace.
Por ejemplo, si una persona o un hogar han mejorado su ingreso, debería dejar de recibir subsidios, para poder dárselos a quien los necesita, pero son muy pocos los casos, donde las personas al aumentar sus ingresos, cambian de estrato socioeconómico.
Hay muchas trampas de la pobreza, como los subsidios y los impuestos, donde si dices que eres pobre te ayudan y si no lo eres debes ayudar.
Esto hace que no solo hay que cambiar las condiciones económicas, sino las socioculturales y las actitudes de las personas.

domingo, 8 de julio de 2018

¿NO SOMOS UNA NARCOECONOMIA?, Columna para Portafolio

El peso de la producción de cocaína en la economía colombiana en 2017 pudo ser cercano al 0,44% del PIB, y más o menos el 3% de las exportaciones en dólares.

Este cálculo sale de la atinada reflexión un editorial de la semana pasada en este diario, donde se analizaba que “Con respecto al impacto que esa suma tiene sobre la economía nacional, lo más fácil es usar como parámetro el precio que se habría discutido durante las reuniones que han puesto a Jesús Santrich al borde de la extradición: 1,5 millones de dólares por tonelada. Puesto de otra manera, las ventas brutas habrían ascendido a 1.381 millones de dólares, bajo el supuesto de que todo lo que se fabricó acabó siendo negociado al valor indicado.”, y si se estiman que se produjeron 921 toneladas, a un tipo de cambio promedio de $2953 pesos por dólar, fue una producción de $4,07 billones de pesos.

Se puede decir que esto no tiene opio ni mariguana, y que el peso de la “narcoeconomía” es más grande, pero estas cifras hábilmente planteadas por Ricardo Silva, nos pone en un contexto real: el mundo narco no es tan grande, y esto sustenta la tesis de muchos, incluso de la Juan José Echavarría, que hace poco defendía que esto no podía ser, porque no había tantos dólares en la economía como la gente creía.

Claro, 0,4% del PIB no es poca cosa, es un peso parecido a la industria de la silvicultura y la pesca o la elaboración de productos lácteos, y $4,07 billones de pesos la pueden ubicar como la “empresa” número 25 en ventas en 2017.

La producción de cocaína este creciendo en el país, porque es la única “exportación” que podía aprovechar la devaluación, porque no tiene un marco legal, y sumando el fin de las aspersiones, los cultivos debían crecer, lo que tiene a Estados Unidos preocupado, porque hay más producción, carteles más organizados y el precio medio de la droga en las calles baja, aumentando la demanda.

Ahora, supongamos que cada tonelada producida en Colombia se vende a un precio 100 veces mayor que producirlo en el mercado del menudeo en las calles de Norteamérica; si esto es así, es solo el 0,7% del PIB de los Estados Unidos, es decir, cerca de 140 mil millones de dólares; cifra exorbitante, pero muy pequeña para la economía más grande del mundo, que solo tendría un fuga de 0,07% de sus dólares por este motivo, dejando ver que ese no es realmente su problema, como muchos dicen.

Esta reflexión de Ávila, nos abre los ojos a ver que este negocio no es tan grande, y ya sabemos que ni es simple ni monopólico, por lo que sus implicaciones no son tan económicas como legales, morales y políticas; estamos a punto de ser descertificados, porque es innegable que la producción aumentó, bajo los precios y dinamizó la demanda, pero no por el proceso de paz, sino por la caída de los precios del petróleo y el cumplimiento del mandato del OMS sobre las aspersiones. Este es un gran reto para el próximo gobierno, pese la ventaja que ahora no debe atacar guerrillas sino carteles, aún debe enfrentar un mundo que no entiende el problema.

sábado, 30 de junio de 2018

¿CÓMO SER CONSTANTE ANTE EL CAMBIO CONTINUO?, Especial para P&M

Las cosas cambian a velocidades asombrosas y se nos pide que seamos constantes. Esta es la dicotomía que tienen muchas empresas en el mundo que se deben adaptar a los cambios, sin poder cambiar, ya que el mercado y sus consumidores le piden que no cambie, pero que cambie continuamente.

Ejemplos de cambio y adaptación hay muchos, como el caso de los carros de Tesla, que demuestran que el problema no es el automóvil per se, sino el combustible; las gaseosas con endulzantes diferentes al azúcar, que arriesgan el cambio en el sabor y la experiencia organoléptica del producto, para adaptarse una tendencia de consumo y conciencia; o el vestuario, que busca un equilibrio entre las prendas de prontamoda y las piezas básicas y clásicas, para reducir sus niveles de producción e impacto medioambiental.

En los puntos de venta, las licitaciones y las contrataciones, cada día hay nuevas ofertas y oferentes están retando las categorías de productos, planteando nuevas formas de satisfacer las necesidades, y compiten de frente con las marcas y productos que siempre han estado, desarrollando las categorías y en muchos de los casos aumentando los mercados, cambiando las reglas de juego, en un momento donde el cambio es necesario, pero la continuidad también.

Esta dicotomía, tiene diversas fuerzas que la mueven, y en particular la demográfica. En los últimos años, pasamos del concepto de “Nacen, Crecen, se Reproduce y Mueren”, a “Nacen, Crecen, No se Reproducen, y no Mueren”, cambiando la dinámica del mercado, porque la baja natalidad y la longevidad conllevan a que hoy vivan 5 generaciones diferentes al mismo tiempo, causando que se deba mantener lo esperado y generar nuevas cosas al mismo tiempo.

El mercadeo, entendido tanto como la ciencia del estudio de las necesidades y la capacidad de proponer soluciones para satisfacerlas, paso de estar en un mundo donde los jóvenes eran mayorías, a trabajar en un mundo sin poblaciones mayoritarias. Este hecho, irreversible en el mediano plazo, no solo conlleva el bajo crecimiento de los mercados, sino la consolidación de la igual de géneros, el fortalecimiento de un centro ideológico por encima de los extremos, y una tensión entre viejos y jóvenes más fuerte que en lo que hemos visto en la historia de la humanidad.

En la política ya se han visto las consecuencias de este proceso, como paso con el Brexit, donde los viejos ingleses, ganaron una elección que frenó el crecimiento de su nación. El mercado no ha sido ajeno, con la defensa del uso de recursos fósiles, ya no para la generación de energía, sino para millones de productos que usamos día a día.

A esto, se debe sumar el problema de la longevidad de las instituciones, al punto, que ya es común decir que las empresas que llevan mucho tiempo en el mercado, son vistas como las “dueñas” superpoderosas del mercado, y los nuevos emprendimientos son vistos como “independientes”, que “luchan” ante el poder de esos conglomerados, generando el errado discurso ético sobre el perverso poder de los grandes, olvidando que ellos fueron un emprendimiento en algún tiempo y que han luchado por años para estar donde están ahora.

Así, la longevidad institucional se convierte en un factor más en esta tensión entre la continuidad y el cambio, llegando a su máximo punto, en la realidad que China y Rusia tienen reelecciones permanentes, que permiten que un mismo mandatario este por mucho tiempo en el poder, mientras las otras naciones no lo pueden hacer, causando una “guerra” de potencias que se da a dos velocidades completamente diferentes: la del largo aliento y la de la necesidad de cumplir metas de corto plazo.

Esto mismo ocurre en el escenario laboral, donde estamos pasando de tener empleados comprometidos por años, a un grupo de nómadas laborales que cambian de empresa cada dos años, afectando la continuidad de las instituciones y migrando conocimientos y tecnologías entre diversos sectores productivos.

Hoy, las marcas, deben estar al tanto del cambio y ser gestores de él, mientras están defendiendo su tradición, y educando al consumidor continuamente; sus nóminas cambian a enormes velocidades, alterando los procesos y la creatividad, llevándolos a ser cada vez más procedimentales, para que puedan ser continuos en el tiempo sin importar la rotación del talento; las percepciones del consumidor cambian ante los nuevos hallazgos científicos, sobre nuevos insumos y sobre todo, ante la evidencia de los problemas de los viejos ingredientes, generando no solo cambios en la producción sino en las preferencias y exigencias de los compradores y consumidores.

Por esto, debemos aprender a vivir en esta dicotomía, donde lo constante ya no es el cambio continuo, sino que lo constante es poder estar en dos tiempos a la vez, o incluso más, porque tenemos 5 mercados diferentes al mismo tiempo, que nos piden desde las mismas cosas de siempre, hasta que cambiemos completamente nuestros productos.

Es momento de comprender que nuestra marca, también es un garante, que permite desarrollar nuevas marcas bajo la protección y sombra de la construida, para ofrecer nuevas ofertas de valor a los nuevos consumidores, y defender las soluciones tradicionales que se han convertido en “clásicos” para muchas personas.

Si bien, toda tradición algún día fue una innovación, también es cierto, que las tradiciones subsisten porque han sido exitosas en satisfacer las necesidades por muchos años.

Bienvenidos al marketing de hoy: ese donde debemos mantener el pasado y crear continuamente el futuro.

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¿Mal Presidente? Por Camilo Herrera Mora En un chat de unos amigos muy inteligentes e informados, leí que estamos en un “Rookie Time”...