martes, 21 de abril de 2015

¿Y DESPUÉS DEL EMPRENDIMIENTO?, Columna para Portafolio.co

El buevo boom global es el emprendimiento, y en su mayoría por medio de propuestas digitales que generen bienestar la vida en el mundo digital o el mundo físico. Buenos ejemplos de esto es Facebook, Waze y Uber, que comenzaron como grandes ideas para solucionar mejor las necesidades de las personas, y tuvieron la fortuna de ser lideradas por emprendedores que estaban dispuestos a hacer todo para que fueran grande empresas y ahora están el punto de transformación más complejo que tiene toda empresa: dejar de ser un emprendimiento para empezar a ser una empresa, una institución.

Hay tres grandes problemas en la creación de empresas y que se han profundizado en los últimos años con este boom emprendedor digital. El primero es que al llamar al empresario emprendedor, de alguna manera la persona se prepara para emprender y no para crear, y esto hace que mucho de las bases de la construcción de las empresas para el largo plazo sean débiles. El segundo es que estos emprendedores hacen las cosas para obtener riquezas en el corto plazo, y no para satisfacer necesidades, por lo tanto fracasan fácilmente. La tercera, los emprendedores no comprenden el concepto de sostenibilidad, que es quizá el más importante de toda empresa: poder durar en el tiempo cumpliendo con la promesa.

Al llamar emprendedor a una persona que es capaz de crear una mejor solución para nuestras necesidades, producirla, comercializarla y tener postventa, es como decirle a un profesional que es un estudiante que primer semestre. Si el emprendedor entiende que siempre ha sido un empresario y que no debe pensar en el hoy sino en el futuro, éste construirá una empresa sólida y no una simple aventura emprendedora.

Una de las grandes enseñanzas de los grandes empresarios que ha tenido el mundo, es que casi ninguno ha hecho empresa para ser rico, sino para seguir su pasión y ayudar a los demás. Esto se nos olvida por la miope necesidad de tener más dinero hoy para disfrutar la vida, situación que indica que la persona no está haciendo lo que realmente quiere, sino buscando los medios para hacerlo.

Por esto cuando el emprendimiento llega a un punto de consolidación y de masificación relevante, llegan los inversionistas, que en la mayoría de los casos piden que el socio fundador continúe, porque es el que tiene el espíritu que formó la empresa y le aporta las capacidades faltantes para ser una gran institución como Apple, Microsoft, Ford o Coca-Cola; pero cuando el espíritu de pasión que dio origen a todo desaparece y se desvanece el foco de satisfacción de necesidad del consumidor y se focalizan las empresas a la rentabilidad bursátil, llegan los casos de Nokia, Kodak o Sony, que desarrollan el mercado y se quedan sin largo plazo.

Toda persona que comience una empresa debe comprender que está creando una nueva vida para el mundo, y que esta debe durar todo lo posible si cumple bien con el deseo de ayudar a las personas a mejorar cada día su calidad de vida implementando desarrollos en el producto según la dinámica de beneficiados, que cada día aprenden más; si no se está dispuesto a esto, se tendrá una empresa que durará unos años, como ocurre con muchos bares y restaurantes que simplemente dejan de estar moda y se cierran prontamente, mientras los que han comprendido el secreto siempre están llenos.

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