martes, 21 de noviembre de 2017

¿CUANTO SUBIR EL SALARIO MINIMO? - Columna para Potafolio

Comienza el debate por el aumento del salario mínimo, con dos retos enormes: la economía crece despacio y el aumento del 2017 no dinamizó el gasto de los hogares como se esperaba, lo que deja al mundo sindical sin uno de sus principales argumentos de negociación, porque se mostró que aumentar el salario mínimo en una proporción alta, no genera un aumento de demanda.

En 2016 y 2017 el mínimo aumentó un 7% cada año, cuando la inflación de cada año fue de 6,77% y 5,75%, respectivamente, lo que implica que la capacidad de compra de ese salario aumento, pero el gasto de los hogares en estos años no tuvo un buen comportamiento, teniendo un crecimiento del 0,6% y de 1% en términos reales para esos años; con el empleo pasa algo parecido, ya que en 2016 la cantidad de ocupados creció un 0,6% y en lo que va del año crece solo un 1,3%.

La pregunta es clara: ¿por qué sube el salario mínimo, y el gasto de hogares y el empleo no despiertan?, y la respuesta es relativamente sencilla: porque los demás salarios no aumentan igual que el aumento del salario mínimo. En 2016, los salarios aumentaron en promedio un 7,4% y en 2017, cerca de un 2%, lo que hace que la capacidad de compra sea menor y muestra que los empleadores buscan empleados más baratos y/o les han subido los salarios mucho menos que al mínimo.

Ese es el riesgo de subir mucho el salario mínimo, porque desmotiva el empleo y puede reducir el crecimiento de los demás salarios, causando que la demanda interna no se vea beneficiada por esto; lo que pone el dedo en la llaga en este momento de debate, porque subir mucho el salario mínimo causaría un efecto perverso en la economía, adicional tema de productividad y salarios estatales.

¿Qué hacer?, Primero, sacar el debate del salario mínimo de la falsedad del discurso, porque ni se debate cuanto deben aumentar los salarios en Colombia, ni el mínimo es el ingreso mínimo que debe tener una persona, sino el mínimo pago que debe recibir por su labor. Segundo, estimar el aumento del salario mínimo en función del aumento que el mercado pueda pagar, porque la premisa de la productividad está en función de la visión empresarial y no necesariamente de la laboral, por esto las empresas siempre han sido francas al decir cuánto pueden subir los salarios, sin afectar sus plantas de personal, pero los sindicatos no escuchan estas razones. Tercera, los sindicatos deben defender el empleo y el salario de los colombianos, no el aumento del salario mínimo que afecta por mucho al 20% de los ocupados del país.

El debate por el salario es uno de los más importantes que se realizan cada año, y desafortunadamente, termina siendo uno de los menos profundos y eficaces, y más épocas electorales, donde el gobierno nacional está tentado a hacer grandes anuncios y los sindicatos necesitan aceitar sus maquinarias para los comicios del próximo. La discusión del salario debe ser un debate económico y social, y no político y electoral.

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