lunes, 21 de diciembre de 2015

EL 2016 QUE VIENE, Columna para Portafolio

2015 fue un año de ajuste económico, donde logramos amortiguar el precio del petróleo por medio de devaluación e inflación, anticipando decisiones de gasto público, tasas de interés e incluso mantener la calificación de inversión; pero 2016 será más un año de ajuste político y será reto mayor.

El primer semestre de 2016 será una gran prueba para el gobierno, las empresas y los hogares. Veremos en marzo una inflación que se acerca al 9%, la firma del acuerdo con las FARC, dos partidos difíciles de la Selección Colombia, una reforma tributaria, un dólar pasando la barrera del $3.300, un fenómeno de El Niño intensificado; situaciones que dejarán el capital político del gobierno muy golpeado, a las empresas con altos costos y a los hogares con una baja capacidad de compra.

Sera un reto enorme para el comercio, que subir precios en el primer bimestre y sostenerse en una potencial contención de compra de los hogares, con mayores costos fijos y buscando soluciones finales para el cambio de entorno, donde los importados debes ser sustituidos, bien sea por productos nacionales o aumentando precio de venta final, a sabiendas de un cambio de reglas tributario.

El gobierno deberá mantener el timón en medio de un huracán. Su apuesta de paz llegará a su punto culmen en uno de los momentos más complejos de la economía y deberá defender el proceso y la reforma tributaria al mismo tiempo, intentando aumentar su imagen para el plebiscito. Adicionalmente, comienzan los nuevos gobiernos locales, que deben ejecutar un presupuesto asignado por la administración anterior y definir su plan de gobierno, donde en muchos casos se oirán muchas cosas malas de las administraciones pasadas.

Los hogares verán la cuesta de enero más dura que han tenido en muchos años, donde las empresas subirán precios para ajustarse a la nueva realidad, y todos los mensajes que llegarán por los medios de comunicación serán confusos, y la firma del acuerdo sembrará una incertidumbre compleja de manejar.

Todo este complejo escenario se verá moderado en el segundo semestre, donde la inflación se reducirá notablemente (no los precios), debido a la comparabilidad contra el segundo semestre de 2015, lo mismo que el tipo de cambio y el comienzo de las lluvias. Situación que debe ser hábilmente manejada por la industria y el comercio para sacar a los compradores de la contención de compra y redinamizar el mercado.

El gobierno estará dedicado a la paz y con serios escenarios de opinión pública, y esto puede causar problemas en la confianza del consumidor y en la confianza inversionista, que esperará a la entrada de la nueva reforma tributaria y a las normatividades que se desencadenen del acuerdo de paz con las FARC.

2016, será así, dos años en vez de uno. Un primer año con mucha presión en el gasto de los hogares por la inflación y con una enorme carga política nacional por la paz y local por la entrada de los nuevos mandatarios; después, un año de incertidumbre, que deben administrar muy bien políticos y empresarios para que los colombianos podamos aprovechar los grandes cambios que llegan. Será un año en donde el rol de los medios será fundamental, porque los colombianos necesitaran mucha claridad para estar tranquilos en la mitad de la tormenta.

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