jueves, 1 de diciembre de 2016

2016, EL AÑO DE LA INCERTIDUMBRE, CONSUMER DATA ANALYSIS Especial para Revista P&M

CONSUMER DATA ANALYSIS

2016, EL AÑO DE LA INCERTIDUMBRE
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR Consumer Knowledge Group
Especial para Revista P&M


Este no fue el año en que las cosas salieron mal, sino fue el año en que nadie sabía que iba a pasar. El año comenzó sin saber que iba a pasar con la paz, el efecto del niño, la reforma tributaria, la Selección Colombia e incluso no sabíamos que iba a pasar con la inflación, y nadie se preparó para el paro camionero, el miedo a la niña, la elección de Trump o la consolidación de los hard discount en el mercado.

En enero escribí en este mismo espacio un texto que terminó siendo terroríficamente premonitorio: “2016 será un año retador para todos, porque debemos subir precios y darle más al consumidor final, o de lo contrario, llegará alguien más barato que cumpla con satisfacer lo básico, o un jugador nuevo a un precio similar, que sólo por el hecho de ser nuevo lleva las de ganar.  La verdad, el juego es el mismo de siempre: como darle cada vez más satisfacción al consumidor”. La llegada y consolidación de los hard discount en el mercado son sin duda el fenómeno de mercadeo de 2016, porque comprendieron el fenómeno de los precios en un entorno inflacionario, y entregaron un valor fundamental a las personas: tiempo a los mayores y menos bolsas plásticas a los jóvenes, comprendiendo sus dolores colectivos, y solucionándolos de manera directa. Ganó el precio bajo y el valor, y perdieron las marcas que se quedaron ancladas a su arrogancia.

Cada mes comenzaba lleno de preguntas y mientras pasaban los días, no se resolvían las respuestas, sino que se acumulaban más preguntas. Mes a mes, los empresarios dejaron de tomar decisiones fundamentales para su negocio, por no tener la claridad acostumbrada para tomar acciones, y en esa turbulencia, otros jugadores comprendieron que el mundo hoy es más líquido y no hay que esperar a tener los pies en la tierra, porque ya la tierra no existe. La teoría de “dame un punto de apoyo y moveré el mundo”, se acabó, y llegó una época en donde lo mejor es aprender a surfear o mejor a hacer windsurf, porque vivimos en un mercado que se parece cada vez más al mar, donde debemos estar listos para todo tipo de olas, vientos, total calma o la tempestad más compleja; sobre un piso que no es sólido, sino dinámico y cambiante, peligroso y profundo.

Esta idea se la escuché hace muchos años a Beatriz Sánchez, cuando era la Presidenta de la Sociedad Colombiana de Economistas y sin duda quedó clara en 2016. El mercado cambia a velocidades inesperadas y no nos podemos quedar esperando a que pasen cosas de siempre y en las que podamos apoyarnos, porque no podemos suponer que las cosas seguirán igual, y por el contrario, debemos estar listos para poder flotar, aprovechar el viento y dominar la ola, o de lo contrario, llegará algún jugador nuevo que si sabrá aprovechar esto. Buen ejemplo es la pérdida de valor de las marcas este año, la caída en los márgenes, las menores ventas de las grandes cadenas y la llegada de los nuevos formatos incluidos Rappi y domicilios.com.

El gobierno no supo jugar en este mercado líquido y las empresas, menos. Todos se quedaron esperando que la paz se firmara, que se presentara la reforma tributaria, que no les pusieran IVA, que el gobierno solucionara todo, cambiando el mercado pero sin cambiar nada, como siempre lo piden. Mientras tanto, los hogares quedaron abandonados, y nadie les generó confianza, causando una fuerte contención de compra, que sumada a la inflación, desembocó en una menor creación de empleo, frenando aún más el mercado, sin poder contener el alza de precios, y logrando el nivel de aumento de precios más alto de los últimos años, siendo para muchos millenials, la inflación más grande que han vivido, lo que retó a los marketeros, que no sabían cómo actuar porque no podían hacer más descuentos, porque ya habían quemado esa herramienta de manera inútil en los años pasados.

La incertidumbre reinó y la gente se quedó esperando a que alguien hiciera algo, y ganaron los que lo hicieron, dejando muy mal paradas a muchas marcas, que se quedaron de espectadores y se les olvido que ser líderes, significa liderar.

Nota al pie: mientras escribía esto, Comapan relanzaba su marca; es un buen augurio de cambio.

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