martes, 12 de enero de 2016

REPORTE MICROECONOMÍCO 2015, Columna para Portafolio

Mucho se ha dicho sobre lo “mal” que se comportó la economía en 2015. Más los análisis se centran en lo macroeconómico, donde sin duda el freno en la inversión, las exportaciones, el gasto público y la minería dejan muchas inquietudes, sobre todo para 2016, pero poco se habla de lo microeconómico.

El gasto de los hogares se comportó de manera positiva; según los datos de Gastometria de RADDAR, el mercado de gasto de los hogares creció un 5,03%, ligeramente por debajo de 2014; datos que son consistentes con lo observado en el comercio minorista del DANE y la cuenta de Consumo de Hogares del PIB, pese a estar en presencia de una inflación de 6,77%, una caída en las lluvias cercana al 15% y una devaluación superior al 40%.

Esto se debe a que los hogares vivieron tres fenómenos fundamentales, que permiten comprender su comportamiento positivo. El primero es el aumento de la ocupación, ya que en lo corrido del año más de 1 millón de personas más lograron un puesto de trabajo, lo que genera demanda en los hogares, ya que se pasó de tener 1,62 personas por hogar ocupadas, a tener 1,65, es más grande de lo que los números muestran. Lo segundo, fue el entorno de remesas, que aumento el gasto de los hogares en casi 3% debido a su crecimiento en más de un 140% durante el año, generando más liquidez en el mercado y mayor capacidad de compra en los hogares.

El tercer fenómeno al gasto. 2014 fue un año en el que en el cuarto bimestre las compras de los bienes durables crecieron fuertemente por “efecto manada” del mercado, intentando anticipar la subida de precios por la devaluación; este se vio claramente en la industria de carros, que logro en 2014 un record histórico de ventas, y que fue castigado con los resultados de 2015, ya que en ese bimestre se anticiparon muchas ventas de que debían haberse dado en 2015 y se afectó la dinámica del mercado.

Más, esta menor compra de bienes durables en 2015 (con un crecimiento de sólo el 1,8%, incluyendo bienes usados), permitió que otras categorías crecieran de  manera importante, ya que se liberó espacio de gasto en el bolsillo de los hogares, y categorías como los servicios de entretenimiento crecieron a tasas superiores del 10%, causando un reajuste en la asignación de gasto; esa reasignación fue liderada por un mayor costo en el gasto de ocupación de la vivienda, servicios públicos y alimentos, que fueron los líderes en los aumentos de precios, que son bienes y servicios casi sin sustitutos perfectos debido a la presencia monopólica o los hábitos de consumo: si la papa sube de precio, la gente sigue comprando papa, porque es lo que quieren comer.

Así, 2015 fue el año en que los hogares no hicieron importantes inversiones en bienes durables, sino fue el año en que gastaron en divertirse y comer por fuera, donde el éxito de Magia Salvaje, Star Wars y Las finales del futbol colombiano fueron un buen ejemplo de ello.

2015 fue un buen año microeconómicamente hablando, pese a la caída de la capacidad de compra del salario mínimo, que se compenso (de manera agregada) con más empleo y remesas; 2016 nos depara importantes retos en el primer bimestre, pero al final, puede ser inclusive mejor que 2015.

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