martes, 30 de octubre de 2018

¿SIN MAMÁS?, Columna para Portafolio

¿Cómo será un mundo sin mamás, o por lo menos, uno donde sean una minoría?, es una pregunta que debemos comenzar a hacernos, porque el cambio demográfico es tan grande, que es posible que en Colombia hoy tengamos más hogares con mascotas, que con hijos.


Esta dinámica demográfica redefine no solo lo que sabemos de la familia, sino de la economía, el mercadeo, el gasto e incluso el endeudamiento bancario, porque una de las premisas del modelo económico y del mercadeo, es la existencia del hogar como agente económico, y como este está pasando de ser bigeneracional a unigeneracional, las estructuras de gasto están cambiando radicalmente.

Cerca del 26% de los hogares en Colombia no tienen hijos, lo que significa no solamente que su gasto es diferente, sino que sus preferencias, visión de futuro e inversiones son completamente distintas, porque cuando una persona no tiene hijos, tiene una visión de largo plazo muy difusa y tiende a hacer más gastos que inversiones, como en el caso del turismo y el entretenimiento, frente la compra de vivienda o los sistemas de ahorro educativo.

Un mundo sin mamás, no es apocalíptico, pero si nos abre un debate enorme a muchas preguntas; hoy, con el aumento de la longevidad, es cada vez más común ver a bisabuelos con sus biznietos, demostrando la presencia de por lo menos 4 generaciones, pese a que las mamás tienen hijos cerca de sus treinta años. Así, en pocos años, veremos menos abuelas, porque las mujeres decidieron no tener hijos, transformando completamente la imagen de sociedad que tenemos hoy.

Esta tendencia parece no tener reversa y veremos como las marcas de productos para bebes, deberán mirar sus ventas a otros productos o desaparecer, y presenciaremos como los centros comerciales, van a pintar los parqueaderos para embarazadas, en más espacios para discapacitados, o una nueva minoría con necesidades particulares que aún no conocemos.

El día de la madre será lentamente una fecha que se comenzará a diluir, mostrándonos como el rol más importante de la familia comienza a ser tan escaso, que se convertirán en minorías que deberán ser defendidas con mucho ahínco, porque será incomprendida por muchos. Las salas de maternidad, la ginecología, las salas de parto, las de amamantar se quedarás solas, siendo remplazadas seguramente por la ortopedia o la geriatría.

Muchas cosas cambiaran cuando nos quedemos sin mamás, como el que nos quedaremos sin abuelas, pero también sin papás, sin abuelos, sin tíos y primos, sin juguetes, triciclos, pañales para niños y miles de cosas, instituciones, lugares, olores, sabores, productos, servicios, amigos, familiares, álbumes fotográficos y hasta canciones de cuna.

Veremos un mundo sin hambre, sin pobreza, sin mamás, sin niños. Debemos prepararnos para esto, sin verlo como algo bueno o como algo malo, pero el comienzo del freno de nuestra población, no solo en Colombia sino en todo el mundo, donde las políticas de planificación familiar, comenzarán a cambiar de mecanismos para el sexo seguro, hacía el fomento de la natalidad en las nuevas generaciones.

Un mundo de adultos, sin niños; una visión demográfica tan dura, que llegaremos a muchas cosas que hoy con normales y necesarias. Preparemos para esto, comenzando por grabar la risa y el llanto de un bebe, porque es posible que no los volvamos a oír.

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