sábado, 20 de septiembre de 2014

VERDADES, Columna para El Nuevo Siglo

Con el debate paramilitar quede confundido o muy ilustrado. Se dejó ver que los paramilitares nacen para enfrentar a la guerrilla, y en un punto de su historia comienzan a cuidar los cultivos y las rutas del narcotráfico, las cuales también eran  cuidadas y explotadas por la guerrilla, y ambas partes de alguna manera ayudaron a políticos y carteles de la droga; es decir, que ambos terminaron haciendo lo mismo, pero peleando entre ellos y poniendo en el poder a quien necesitaban, al punto de hacer alianzas entre enemigos en ciertas zonas.

Este escenario deja ver que en el fondo el conflicto hoy está fundamentado en manipular el poder para mantener un negocio ilícito, y que todo el discurso de “izquierda” y “derecha” simplemente es de dientes para afuera. Si esto es así, la verdad que al país se le irá revelando con el paso de los años, mostrará que nuestras instituciones fueron cooptadas por estas fuerzas de una manera muy superior a lo pensado y que todo el esfuerzo militar para defender las instituciones se quedó en el campo de batalla.

Las palabras de Rodrigo Lara fueron contundentes al dejar ver que en el Congreso hay varios hijos de victimas de conflicto, secuestrados, extorsionados y otro tipo de víctimas, que quizá hace que este “Congreso de la Paz”, tenga algo más de “Congreso de Victimas”, generando la pregunta sobre la idoneidad del mismo para legislar sobre el tema o quizá dándole todo el peso necesario para lo mismo.

Más de 50 años de conflicto han logrado una capilaridad increíble en nuestra sociedad, transformando nuestras fuerzas políticas, que hoy parece que buscan una división entre dos frentes que deben chocar en cualquier momento, como lo hicieron casi todo el siglo XX; más, hay una luz de esperanza, ya que esa clase política abrió la puerta a un debate mucho más profundo que el espectáculo político que vimos esta semana, que permitirá que se hagan públicas las grandes preguntas y que lentamente comiencen a salir las respuestas a la luz pública.

Este Congreso ha comenzado un proceso de verdad enorme, que será muy doloroso y que debe lograr que se quede en un escenario de pruebas y no conlleve a una ruptura de la sociedad hacia un proceso violento, como bien lo dijo el Senador Robledo. Es el momento de las verdades del pasado y de la calma en el presente.

Colombianada: quizá el proceso de reconstrucción del país pase por una fase de reinserción de la clase política, que lleva tan tiempo en guerra.

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