martes, 6 de agosto de 2013

LAS ESTADÍSITICAS BIEN, PERO LA OPINIÓN NO, Columna para Portafolio.co

El gobierno Santos llega a su tercer año con un listado impresionante de logros en lo económico, lo social, lo comercial, lo militar e inclusive en seguridad ciudadana, pero la opinión pública considera que este gobierno no está haciendo las cosas bien; ¿Por qué pasa eso?

Este gobierno fundamentó su campaña en la creación de empleo, y los números muestran un cumplimiento increíble; cuando comenzó el gobierno habían 19,2 millones de empleos y una tasa de desempleo de 11,6%, y en junio de 2013 el empleo llegó a 21 millones de puestos de trabajo y la tasa de desempleo a 9,2%, logrando el índice de miseria de 11.4%, siendo el más bajo de la historia del país.

Pese a esto, la gente no está contenta con el gobierno y pocos piensan en reelegirlo; esto puede tener varios orígenes, mas no es la economía. El problema surge inicialmente del cambio de estilo de gobierno, pasando de una dirección de microgerencia y regional personalizada y en terreno, a una gerencia centralizada y con diversos niveles de ejecución, lo cual inmediatamente le quitó poder a los políticos de la regiones y fue una de las grandes bases de los paros que se han presentado.

Adicionalmente este gobierno se la jugó a la búsqueda de un salida política al conflicto armado, después de casi 10 años de éxitos militares, donde muchos guerrilleros fueron dados de baja, mostrando la capacidad de las fuerza armadas para vencer a los grupos subversivos, lo que causa que muchas personas no comprendan por que se negocia con aquellos que pueden ser vencidos; lo que el opinión pública no recuerda es que nunca se ha vencido a una guerrilla.

Así, la paz y la gerencia delegada han causado que la opinión pública no comprenda el cambio de política del estado, de un gobierno duro y gobernando desde las regiones, a un estilo político y central, lo que consideran como un error, ya que no ven el marco legal que tiene el país, donde la descentralización no ha podido surgir por el exceso o defecto del gobierno central y este ha sido uno de los principales causantes de la pobreza rural del país. Un presidente no debe gobernar en los municipios, porque destruye las instituciones que allí se han construido. Igualmente, la salida política del conflicto sin lugar a dudas tendrá menos muertos que el fin militar del conflicto, pero esto requiere una transformación muy grande en el imaginario de los colombianos, que aún muchos desean la muerte de los terroristas, casi que poniendo a su nivel y clamando por venganza y no justicia.

El país está bien, con grande problemas, pero realmente está mejor. Hay grandes retos en salud, educación y enormes en infraestructura, más el viento está cambiando a nuestro favor, con la ventaja que mucho de ese viento lo estamos produciendo nosotros.


Esto deja ver que un gobierno lleno de logros, tiene un duro revés en los logros de las diversas formas de oposición en los medios de comunicación: hoy la oposición tiene una voz mediática más fuerte que el gobierno nacional, y eso está opacando los logros. Es momento que desde Palacio se consolide una estrategia no sólo para mostrar logros y cambios, sino para poner los problemas planteados por la oposición en sus justas proporciones. Por ahí se consolida el cambio.

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