sábado, 24 de agosto de 2013

¿QUÉ PRESIDENTE NECESITAMOS?, Columna para El Nuevo Siglo

Comienza la campaña con reelección a bordo, y en momento de hacernos preguntas profundas: ¿Qué presidente necesitamos?

Obviamente todo depende del escenario, pero en cualquier escenario la solución debe ser la misma, porque el objetivo al final se supone es claro.

Colombia está buscando una mejor equidad; ese es el claro objetivo de la Constitución. Darle más oportunidades a quienes no las pueden tener por ellos mismos, y lograr que los recursos se muevan hacia todos y no se concentren en unos pocos de manera improductiva. Eso nos lleva al fin del conflicto armado, a la reducción de la violencia y a un desarrollo de mejor velocidad.

Sin importar lo que pase en La Habana, o en la refrendación popular, el objetivo es mismo: que todos estemos mejor cada día. Por esto el presidente que Colombia necesita debe tener claro que lo primero es la gente, que debe manejar lo urgente, lo importante y lo estructural al mismo tiempo, y que todo pasa por una transformación cultural enorme de nuestro país.

Necesitamos un presidente que sea capaz de tomar las decisiones difíciles y no las que las minorías por medios de facto presionan o que los medios de comunicación postmodernos claman y exigen. Necesitamos una política de Estado de largo plazo y una posición clara de lo que debe ser Colombia en el mundo; tenemos los alimentos y el agua que son el recurso del futuro, pero para poder ser líderes mundiales, debemos tomar decisiones duras y contundentes para el país del futuro.

Hay que repensar el DNP, pensar un Departamento Nacional de Ciudadanía que lidere el cambio cultural que necesitamos, para dejar de ser personas egoístas y anárquicas y a ser ciudadanos reflexivos y respetuosos de la ley; hay que definir un plan de 50 años de política agrícola, donde prime la productividad y no la consolidación de la pobreza estructural; Es fundamental definir qué papel va a jugar Colombia en el mundo después de ser la eterna víctima.

Para cosas como estas, que van más allá del simple discurso del postconflicto, necesitamos un presidente que prefiera hacer las cosas que se deben hacer y no el beneficio de la opinión pública; que sea capaz de ceder poder y descentralizar el Estado en suprainstituciones de largo plazo que permitan la continuidad de los grandes procesos requeridos y superen los ciclos políticos; pero sobretodo necesitamos un presidente que tenga la capacidad de mostrarle a la gente la necesidad del cambio y que el costo del bien común es el sacrificio individual.

A decir verdad, necesitamos un gran presidente dispuesto a hacer lo que todos saben que hay que hacer y que muy pocos no dejan.

Colombianada: ¿Existirá un presidente dispuesto a hacer una Colombia para sus hijos y no para su ego?

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