sábado, 30 de agosto de 2014

Reformas - Columna para El Nuevo Siglo

Hace poco en un foro surgió una pregunta que puede parecer inocente pero tiene una respuesta fundamental: ¿Por qué debemos hacer reformas cada tanto?, ¿Por qué una reforma a la justicia?, ¿reforma tributaria o al sistema de salud?, y la respuesta es simple: porque las cosas cambian.

Hace 20 años la cobertura en salud no llegaba al 50% de la población y hoy supera el 90%, dejando ver que el problema del acceso se redujo y desembocó un cambio en la calidad de atención y la necesidad de ajustar procesos para tener un mejor servicio, porque tener un sistema que atendía 50 personas es muy diferente a uno que atiende 90. Lo mismo ocurre con los impuestos, ya que en la medida en que la población se envejece, se requieren más recursos pensionales y para el sistema de salud para adultos mayores, pese a que el pago por nuestra deuda sea más barato y debamos destinar menos dinero a las poblaciones jóvenes.

Las políticas públicas deben ser de largo aliento, pero este largo plazo cada vez es más corto, porque el mercado cambia a una velocidad mucho mayor, debido a los logros en escolaridad y aumento del ingreso de la población, lo que genera que muchas políticas se deban calibrar, revisar o incluso eliminar.

Este es uno de los roles de la relación entre el ejecutivo y el legislativo, donde ambas partes deben tener la capacidad de comprender las dinámicas socioeconómicas y sus comportamientos, para modificar los marcos normativos según las necesidades, y que no ocurra como en el caso del Aeropuerto El Dorado, que cuando se finalice ya quedará corto para las demandas del mercado.

Esta puede ser una explicación de la necesidad de tener planes de desarrollo de 4 años, que articulen las políticas públicas según las necesidades de cada momento en función de las capacidades existentes; mas, lograr esta visión de prospectiva de la sociedad, no es una tarea solo de los políticos sino del sector privado y la academia, que debe poner temas en la agenda pública que no han sido considerados y generar un debate sobre los mismos para lograr estructurar los marcos normativos que permitan solucionar los problemas que comienzan a surgir en el orden de prioridades.

Por eso debemos hacer reformas de manera continua. Porque el país cambia o de lo contrario simplemente seriamos el mismo país que hoy quieren discutir como la patria boba.

Colombianada: hacer reformas no es cambiar el país, es adaptarlo a que realmente es.

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