sábado, 25 de octubre de 2014

¿OPOSICIÓN?, Columna para El Nuevo Siglo

Hay dos cosas que no son del todo comprensibles de los llamados de los congresistas de oposición, que en cierto punto hacen dudar que realmente la estén ejerciendo.

La primera es la cantidad de acusaciones que hacen sin ninguna prueba sólida, y solo fundamentados en apariencias o comentarios, lo cual los pone en posiciones difíciles frente a la opinión pública, porque quedan como mentirosos y esto hace que su capacidad de hacer contrapeso político se vaya diluyendo como pastorcitos mentirosos.

La segunda es que en el afán de protagonismo de muchos o en ese deseo innatural de salir continuamente en medios para obtener algo de poder, hacen salidas en falso, perdiendo su reducido capital político, pareciendo más columnistas de opinión que congresistas.

Estas dos estrategias merman la capacidad de la oposición, que lentamente se queda sin imagen, y de manera continua le dan oportunidad al gobierno nacional de explicar cada acusación, donde en muchos de los casos aprovecha la situación a su favor, y logra ganar terreno.

Esto es comprensible en nuevos congresistas, pero algunos de los cuales se sabe que están ampliamente curtidos, es simplemente incoherente. Hacer oposición no es ser generador de opinión, ese es el rol de los medios, que en muchos casos se desdibujan haciendo acusaciones a la ligera, afectando personas y el proceso mismo, y para que la oposición funcione, simplemente no pueden caer en ese juego.

La oposición en una democracia es muy importante para que se diluya por su propia mediocridad y afán de protagonismo, o que quede simplemente en un mecanismo de desarmar mayorías. 

El país requiere una oposición seria, con ideas, argumentos y pruebas contundentes, y no con argumentos débiles que se diluyen ante la inexistencia de soportes de las acusaciones. Hacer oposición por el hecho de no estar de acuerdo con lo que  hace el gobierno, es simplemente emular como adulto una rabieta de niño, que simplemente no quiere que las cosas pases, y que cuando se le pregunta por otra opción, simplemente no tiene respuesta.

La oposición no es la simple posición de estar en contra de lo que hace el presidente de turno, por el contrario debe ser propositiva, argumentativa y con voz pausada, porque lo que se intenta imponer con gritos, demuestra que tiene más tono que fondo.

Ni la izquierda ni la derecha han logrado consolidar una oposición seria en esta legislatura, simplemente están dedicados a decir que todo lo que haga o proponga el gobierno está mal y que por eso no se debe hacer. Hacen falta esos congresistas que hacían la tarea y que evitaban las audiencias.

Colombianada: Repetir una mentira no la convierte en una verdad, lo convierten en un mentiroso.

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