sábado, 24 de enero de 2015

ELECCIONES DE PAZ, columna para El Nuevo Siglo

Si la refrendación del posible acuerdo de fin de conflicto armado con las autodenominadas FARC se da en las elecciones de octubre, el entorno electoral cambiará radicalmente y las fuerzas políticas se reagruparán entorno a un gobierno con un enorme ideal político, sin fuerza política y con un presupuesto débil para mover esas maquinarias.

Se puede pensar que sin la refrendación del proceso, el Centro Democrático y otros partidos que no son parte de la llamada Unidad Nacional, pueden tomar peso en alcadías y gobernaciones, debido al peso de los gamonales tradicionales y las maquinarias que operan de manera local, donde un discurso sentido puede poner a las regiones a ser el principal opositor del gobierno nacional.

Más, si se refrenda el acuerdo, el entorno cambia radicalmente, ya que muchas regiones votarán por ese anhelo de paz y algunas cooptadas quizás por sus temores e imaginarios, lo que causará que las maquinarias y políticos tradicionales deban alinearse con el discurso nacional de paz, causando una frágil Unidad Nacional que en apariencia apoyaría el proceso, pero en el fondo muchas regiones (no grandes ciudades) votarán por un deber ser del que dudan profundamente.

Estos dos opuestos escenarios dejan ver que si se firma un acuerdo antes de elecciones, el gobierno tiene poco tiempo para comunicarlo y mostrar sus bondades, buscando mover la opinión pública a su favor en las grandes ciudades y contando con las maquinarias a su favor, ya que casi ningún político se la jugará a decir que no quiere la paz porque las personas no votarán en contra de ella.

Así, las elecciones que se avecinan no necesariamente elegirán los alcaldes, concejales, gobernadores y diputados que podría quedar, sino aquellos que sepan usar el discurso de la paz a su favor, lo que inevitablemente será un duro golpe a las filas conservadoras y del Centro Democrático, que verán como pierden cada vez más poder frente al aumento de las votaciones liberales en todo su espectro, lo que los hará hablar a favor del proceso en poco tiempo.

Los discursos se referirán a postconflicto, reinserción, seguridad ciudadana, empleo para combatientes y quedarán los temas locales en segundo renglón, lo que sin duda afectará el resultado de las elecciones y la calidad del debate.

Es posible que en octubre veamos como el país entero refrenda la paz, pero no elige a los mandatarios necesarios; la demagogia y las maquinarias estarán a la orden del día.

Colombianada: Votar es como comprar, se toman decisiones libres, para quedar condenado a un monopolio de insatisfacción inevitable.

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