sábado, 10 de octubre de 2015

EL ACUERDO NO BASTA, Columna para El Nuevo Siglo

Si en marzo de 2016 se firma el acuerdo con las FARC, comenzará un proceso que requerirá muchos más cambios que los firmados y de los cuales poco se ha hablado: debemos comenzar un enorme proceso de cambio cultural.

Los colombianos no confiamos los unos en los otros, delegamos responsabilidades y buscamos atajos para hacer las cosas, incumpliendo continuamente la ley. Esto hace que el acuerdo de la Habana sea muy lejano a llegar a la paz, porque para lograrla los colombianos debemos pensar más en nuestros deberes que en nuestros derechos y esto es muy difícil de lograr, ya que muchas personas en nuestro país están acostumbradas a tomar el rol de beneficiarios del Estado y no de ciudadanos.

Debemos comenzar a debatir las salidas a estos temas, o de lo contrario las cosas no cambiaran de manera profunda. Ya en esta misma columna  he mencionado anteriormente que como máximo el 10% de los homicidios en Colombia son causados por el conflicto y ese indicador nos muestra que nuestra paz no proviene de la desmovilización de las guerrillas, sino del cambio de nuestra sociedad a ser más cívica.

En nuestro escudo ha estado la respuesta hace muchos años, como un mensaje que debíamos ver continuamente y por algún motivo lo olvidamos: libertad y orden. Frase que no es excluyente sino complementaria, ya que no es posible tener libertad sin orden y viceversa, pero por diversos procesos culturales que se han gestado, los colombianos somos dados a tener problemas con la autoridad, como el eterno ejemplo del ladrón que es capturado por la policía.

En los últimos años hemos demostrado que el cambio cultural es posible: usamos cinturón de seguridad, pasamos por la cebras, dejamos de fumar, hay menos accidentes de conductores borrachos y los jóvenes usan cada vez más condones, dejando ver que desde el gobierno se pueden direccionar cambios culturales para reconstruir nuestra ciudadanía, sin necesidad de un esquema autoritario ni una revolución cultural.

A veces, los planes de convivencia son vistos como un tema light por las personas y muchas autoridades, pese a que son el eje del éxito del resto de las políticas públicas. Un buen ejemplo de esto es la persona que al cuidarse en salud, alimentación y haciendo ejercicio, usa menos el sistema de salud y libera recursos para aquellos que están gravemente enfermos, demostrado que la salud preventiva es muy poderosa, siendo el sistema de vacunación la joya de la corona de este proceso.

Debemos ser ciudadanos, cívicos, cumplir con los deberes y saber usar nuestros derechos, y no pensar que tenemos derecho a todo sin dar nada. Así, no hay sociedad que resista.

Colombianada: vivir en una ciudad requiere usar el andén como anden, la cebra como cebra y la calle como calle, pero algunos usan el andén como calle, la calle como cebra y la cebra como anden.

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