martes, 28 de agosto de 2012

LA SALIDA DE ECHEVERRY, Columna para La República


La renuncia del ministro de hacienda debe ser una gran reflexión en el país. Es normal que un ministro salga de su puesto pero rara vez en la cumbre de su desempeño.

La salida de Echeverry quedara en la historia de las instituciones económicas como un ejemplo de la tarea cumplida (más allá de lo prometido) demostrando la fatua necesidad de la continuidad y del poder. Más aún con la sabia postura de designar a Mauricio Cárdenas para su remplazo, asegurando así continuidad y tranquilidad en los mercados locales y globales.

Mas allá de lo mucho que hizo (como la reducción de la discrecionalidad de las decisiones económicas) y de lo que algunos ponen en la lista negra de su gestión (que no son mas que enfrentamientos técnicos sin vejámenes políticos), su salida es un ejemplo de responsabilidad y prudencia enorme para el país: sale en su mejor momento, no afecta los mercados, da espacio a la continuidad y permite que el gabinete tenga dinámica mas allá de su propio nombre y gran labor. Muchas veces la salida es lo más importante y en este caso se hizo por lo alto.

Sin duda cometió errores, que son mas por posibilidad que por incapacidad, pero sus ejecutorias ponen la balanza a su favor.

¿Que nos deja este ministro?, racionalidad, prudencia y técnica; quizá con poca política pero un excelente manejo de la opinión publica, lo que en su nos hace reflexionar sobre lo que hoy es la cosa política. Adicionalmente una tendencia de reducción de déficit fiscal en escenarios de crisis mundial, donde sus opositores lo atacan por las tasas de interés y el tipo de cambio, que al final son mas de la esfera del Banco de la República, pero deja a la economía creciendo por encima del promedio mundial y regional.

Algunos lo tildan de conservador, y realmente es mas de la línea neoconservadora (tan poco analizada en el país) y es un claro heredero de la doctrina técnico de don Esteban Jaramillo; quizá se cédula sea azul pero en el fondo es un economista nato, al que no le caben partidos sino la equidad en la escases.

La oposición del gobierno lo tomó como blanco “fácil” de sus ataques y casi siempre salió con un listado de razones técnicas sobre las decisiones que se tomaron o deseaban tomar, y no con posiciones “polite” para quedar bien con diversos sectores políticos.

El país lo conoce y América Latina también; más allá de los reconocimientos recibidos en su gestión por diversos medios e instituciones, y haber ganado el reconocimiento de “profesor del año” en años anteriores, es evidente que lo que nos deja claro es que no hemos terminado de oír sobre él: aun le queda mucho por aportar al país y a la misma economía.

Un técnico es un técnico, donde lo pongan: y esto quedo demostrado.

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