sábado, 10 de noviembre de 2012

NUEVA DEMOCRACIA, columna para El Nuevo Siglo


Sin duda las elecciones en Estados Unidos afectaron a todo el mundo, pero en particular a los Estados de la unión.

Este martes no sólo se votó por la Presidencia sino que se realizaron 176 plebiscitos en 38 Estados, buscando desde la vía democrática la modificación de normas presentes que según los ciudadanos deben adaptarse a la nueva realidad o bien a las nuevas costumbres y aceptaciones.

Temas como el matrimonio homosexual, el consumo de mariguana, aumento de impuestos a ricos para financiar la salud, el rol de Puerto Rico e incluso la regulación de etiquetas de alimentos orgánicos fueron propuestos por la población para hacerle saber a sus gobernantes que desean esos cambios, y en muchos casos se logró, y en otros no pero por diferencias de votación muy reducidas.

Esto conlleva a un serio cambio en el esquema de la democracia como la entendemos, ya que la participación democrática comienza a llevarse un gran espacio en las decisiones públicas y esto es un claro resultado de las fallas de los partidos en poder interpretar y representar estas dinámicas.

Los norteamericanos nos están dando una lección muy importante: que si los órganos legislativos y judiciales no aceptan las nuevas realidades y norman consecuentemente, la población lo exigirá en las urnas y deslegitimará el mismo ejercicio de la representación.

Colombia no está lejos en esto, aunque los plebiscitos y referendos deben pasar por el Congreso y esto limita esta dinámica, más las Cortes si han seguido la línea de fallar y sentar jurisprudencia sobre temas fuertes como aborto, derechos homosexuales y consumo de drogas, pero con las lógicas limitaciones del poder.

Es evidente que el mundo tiende a la búsqueda de una mayor libertad individual y está dispuesto a asumir las consecuencias de esto, pero el camino que  ha quedo es de la participación directa ante la negativa de las instituciones de entrar en esta misma dinámica o bien ir a la misma velocidad.

Claramente las instituciones deben ser muy prudentes en hacer cambios culturales porque no siempre es claro si la tendencia de hoy será una realidad o simplemente es una situación coyuntural, más también es claro que éstas instituciones se escudan en ese pretexto para mantener una sociedad moderna en una realidad postmoderna, porque simplemente deben mantener el rol de las instituciones o ser llamadas a desaparecer por el mismo cambio.

Esta nueva democracia – que no es otra cosa que volver a la original – va a cambiar muchas concepciones de la política moderna, porque el ciudadano está ejerciendo su poder y su opinión, más allá de los intereses tradicionales. Realmente los Estados Unidos, ya no son tan unidos como pensábamos.

Colombianada: ¿Está Ud. de acuerdo o no con que en el país se aprueben plebiscitos y referendos los días de elecciones para cambiar las normas?

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