martes, 25 de diciembre de 2012

2012: UN AÑO ECONOMICAMENTE EMOCIONAL, Columna para La República


La cifra que publicó el DANE la semana pasada sobre el crecimiento del PIB era un indicador anunciado. La economía está fuera de su dinámica natural debido a una cantidad de situaciones emocionales y no fundamentales.

Desde noviembre de 2011 el gobierno anunció temores por la crisis griega y el Banco de la República y la superintendencia Financiera se alinearon con este temor y comenzaron a reducir la dinámica del crédito de consumo causando un efecto lógico: un menor crecimiento en la compra de los hogares, que se potencializó por los mensajes de crisis y el manejo tasas del Banco de la República y el continuo aumento de las tasas de tarjetas de crédito, situación que ha impactado hasta la dinámica de compras de navidad, que están presentando un crecimiento de sólo el 6% en términos corrientes, cuando en los años anteriores era superior al 12%, lo que podría causar la navidad menos dinámica en los últimos 11 años.

Al comprador le dijeron que venía la crisis, que comenzaba el TLC con cosas más baratas, que la reforma tributaria bajaría el IVA de los carros y que seguramente bajarían las tasas, causando que el comprador contuviera sus compras, pese a que el empleo creció por encima del 5%, la capacidad de compra más de 3% en términos reales y el ingreso disponible creciendo.

Esto nos recuerda que la economía no es otra cosa que la suma ponderada de las emociones de las personas, porque toda variable económica refleja decisiones de las personas, y por esto debemos cuidar mucho lo que las personas siente, porque de esto depende la dinámica de la industria y del empleo.

2012 es un año que debemos tomar como lección: estaba todo dado para un buen crecimiento por demanda interna y no ocurrió. Si bien las importaciones de bienes de consumo mostraron una buena dinámica, la industria presentó una dinámica lenta y los precios fueron jalados hacía abajo por la guerra de descuentos, dejando ver que el comercio uso todas sus armas para dinamizar las compras, pero esto no ocurrió. Por una u otra razón, las herramientas macroeconómica, microeconómica y monetarias no lograron dinamizar un mercado afectado emocionalmente por temores implantados, mostrando que no debemos atemorizar al comprador sino encontrar las herramientas para evitar que los choques internacionales nos afecten directamente.

La nueva reforma tributaria cambiará el mercado, aumentando la capacidad de compra de los hogares por las nuevas tasas de IVA y la reducción del impuesto de renta a muchos independientes y la reducción de la retención en la fuente de muchos asalariados, con la motivación de menores costos para el sector privado, lo que permitirá la creación de nuevos nichos de mercado y nuevas dinámicas de mercado.

2012 fue un año con demasiada previsión de las autoridades y del comprador, lo que inevitablemente tendrá efectos en 2013, lo cuales los debemos gerenciar con más prudencia, apoyando al mercado a volver a una situación optimista por medio de mensajes claros y positivos, o de lo contrario veremos un año lento cuando claramente está todo listo para ser un año lleno de oportunidades.

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