sábado, 22 de diciembre de 2012

CARTA AL NIÑO DIOS, Columna para El Nuevo Siglo


De niño te escribí muchas cartas y recuerdo que siempre pedí paz y amor para en el mundo, y quizá ahora de adulto comprendo que eso no depende de ti, sino de las acciones de cada una de las personas.

Quisiera pedirte muchas para mi país, pero cada vez que listo una de ellas, me doy cuenta que son imposibles de cumplir porque hay personas que se ven beneficiadas por esos problemas, y que de una u otra manera terminan siendo inevitables, porque el destino lo forjamos con hechos y no con deseos.

Era fácil escribirte de niño, porque los sueños era juguetes simples, con la promesa de un buen comportamiento, pero hoy los que nos comportamos lo mejor que podemos salimos perdiendo, porque los que actúan mal se benefician.

Ser adulto es muy difícil, porque nos lleva a comprender que todas las fantasías que imaginábamos están limitadas por las acciones de los demás, y el enorme deseo de muchos de tener todo y tenerlo ya; a veces quisiera que la gente comprendiera que tener dos cosas igual es dejar a alguien sin eso.

En esta época todos hacen una revisión de sus logros y plantean sus sueños, y estos están llenos de riquezas y de muy pocas alegrías, esperan grandes logros sacrificando su felicidad diaria y la de su familia; hemos construido un mundo de sueños materiales a costa de los momentos inolvidables.

Hoy entiendo que debes ser tu quien nos escribas la carta a nosotros y nos pidas que busquemos la paz, demos amor y compartamos con los demás, pero es muy probable que pocos lean esa carta o bien que la consideren como un abuso, porque el pedirte a ti es un derecho adquirido que ya no es negociable.

Mi hogar hoy tiene una gran decoración de navidad y el árbol estará lleno de regalos, pero sé que no estarán los que siempre he añorado porque no dependen de ti; y comprendo que esa caja que nunca llega no es otro mensaje que recordarme que de mi depende ayudar en la búsqueda de esa paz y ese amor para los colombianos.

Por eso te pido una caja vacía para cada miembro de mi familia y espero que llenes los árboles de navidad de esas cajas vacías que nos recuerden somos nosotros los que debemos dar y no seguir esperando que las cosas nos lleguen del cielo.

Colombianada: Dar por dar, es como regalar lo usado como nuevo.

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