sábado, 13 de abril de 2013

SOBRE LA REELECCIÓN, Columna para El Nuevo Siglo


Sin duda el tema de la reelección se asoma por los pasillos, hace pensar a funcionarios públicos sobre su renuncia para ser candidatos al Congreso y desemboca la inevitable crítica al gobierno de turno, con el fin de tomar distancia y ubicarse en el tablero político del año electoral que comienza en pocos días.

Un alto directivo empresarial me compartía una clara reflexión en días pasados: realmente esta es la primera reelección presidencial efectiva en Colombia, porque la de Uribe tenía un ambiente diferente debido a que fue el momento en que se cambió la norma. Y ciertamente es claro que estamos viviendo un escenario político que no conocemos: todos contra el presidente y el candidato-presidente en pos de mostrar sus obras buenas, tapar las menos buenas y buscar popularidad entre las críticas de todo el mundo.

El fenómeno de Uribe fue diferente, porque el construyo su mandando con el fundamento de mantenerse en campaña y eso le permitió tener de manera continua altos niveles de popularidad, mientras que Santos se ha dedicado a un esquema diferente, más lejano y ha tenido serios problemas de ejecución de sus ministros, pero los resultados son buenos y si el tema de los diálogos con las autodenominadas FARC muestran una señal, las dinámicas de opinión pueden cambiar.

Lo cierto, es que el sistema de reelección es realmente un periodo de 8 años, con un plebiscito en medio para validar si el mandatario continuo o no.

Así, en 2013-2014 veremos una nueva forma de enfrentamiento político, donde el eje del debate será el presidente y sus malas obras, y el candidato-presidente hará lo imposible por demostrar lo que se ha hecho y que quedan cosas por hacer y se debe continuar en ese camino; más es fundamental reconocer que enfrentar a alguien tan posicionado, con tanto poder y presupuesto efectivo y potencial, es muy difícil. Así, la nueva política será inevitablemente agresiva, poco propositiva y se centrará en los errores y no en los programas y mucho menos en los idearios políticos; casi como hoy está pasando en Venezuela, donde el debate es ruin y simplemente vacío.

Este nuevo juego tiene como ventaja para la oposición, que inevitablemente es consultada, sólo para sopesar las opiniones del gobierno nacional, causando de una manera muy rápida figuras públicas en contra del gobierno, por el simple hecho de mostrar un equilibrio noticioso; esto lo saben las fuerzas políticas y comprenden que allí esta gran parte del juego, pero que el voto de opinión aún no puede poner un presidente en Colombia, pero los medios si definen su contendor.

Colombianada: en Facebook ya se encuentra la siguiente frase: a Santos lo eligió la mitad de la población y lo reelegirá la otra mitad...

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