sábado, 3 de mayo de 2014

CAMBIO DE ACTITUD. Columna para El Nuevo Siglo

No sé si es una costumbre muy arraigada o una manera de llamar la atención en la forma cómo nosotros los colombianos buscamos romper el hielo con alguien o generar algún tipo de conversación. Lo curioso es que casi siempre se nos viene a la mente uno de los tantos eventos desafortunados que ocurren en nuestro alrededor. Bien sea metidos en un trancón con el taxista, o bien esperando en la larga fila de la EPS, en el banco, en un concierto, en la sala de abordaje o en una cafetería.
Creo que se debe a que estos eventos generan siempre algo de adrenalina ponerlos en boca y al ponerlos como tema de conversación, se comienza a calentar en alguna medida la sangre y se crean ideas alineadas frente a lo que se está hablando. Pocas veces dados estos temas se genera una solución o una nueva actitud frente al tema lo cual es fundamental para el proceso que hoy vivimos. Como Colombianos debemos cambiar la actitud frente a lo que sucede, debemos hacer cada uno de nosotros nuestro propio proceso de paz. Tenemos la obligación de criticar y compartir esta crítica como bien nos lo obliga el estatuto del consumidor a compartir los defectos a malas experiencias productos y servicios.  Pero tenemos también el deber de construir siendo esto lo más difícil de empoderar en cada uno de nosotros. Esto debe ser una cultura un cambio de orden que necesitamos.
Propongo que cada vez que iniciemos una charla con un extraño o empecemos un tema de conversación sobre un tema poco agradable lo iniciemos preguntándonos con ese otro “Oiga que pasaría si…” y a pesar de la posible respuesta negativa insistamos hasta que la otra persona se plantee la misma pregunta así sea con otra idea. Estoy seguro que tanto usted como la otra persona habrán quedado inquietas con esta pregunta.
Piense por un momento también con cuántas personas habla usted en el día y cuántas personas nuevas conoce en un mes o cuántas personas en ese mes iniciaron una conversación con usted sobre un tema que con seguridad a esa persona o a usted le molestaba y piense que pese a lo que usted crea o considere lo que piensa esa persona logró ponerlo un tanto inconforme frente a ese problema. Piense por último en lo que puede suceder si con cada una de estas personas cambiamos el tema de conversación por uno que no sea ese molesto tema o en verdad nos dedicamos a sacarle y mejorar lo poco bueno que tenga.
Colombianada: ¿Qué pasaría si en vez de hablar de porqué Gabo se exilió en México hablamos de qué se trata su realismo mágico?

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