martes, 24 de marzo de 2015

NOS SOMOS PETROLEROS, Columna de Análisis para Portafolio.co

Tomó carrera el equivocada mito que Colombia es (o era) un país petrolero, debido al peso que las exportaciones de crudo llegaron a pesar más del 50% de la balanza comercial colombiana, y porque se logró producir más de 1 millón de barriles por día, pero ninguno de estos indicadores permite asegurar que realmente lo seamos; por el contrario las cuentas nacionales muestran que la minería no pesa más del 8% en el PIB y que desde 2001 sólo ha aportado 15 billones de pesos reales en crecimiento, frente a otros 7 sectores que lo superan.

El crecimiento de nuestra economía en los últimos 14 años está más fundamentado por los servicios financieros por el lado de la oferta y por el consumo de hogares por el lado de la demanda; los ingresos petroleros han sido muy importantes para este proceso, pero más por el efecto revaluación que causaron en la economía que por los ingresos que generó en el entorno.

La industria petrolera solo genera el 8% del PIB, cerca del 9% del crecimiento de la economía, el 25% de los ingresos del Gobierno Central y menos del 1% del empleo, lo que muestra que claramente es muy importante para las finanzas públicas; El gran problema de la caída del precio del petróleo radica en que pueden significar cerca del 25% de los ingresos fiscales y que esto caiga a la mitad, genera un problema cercano al 12% del presupuesto nacional, lo que hace que se deban repensar muchas cosas; quizá nuestra economía no es petrolera, pero el gasto fiscal si lo puede ser.

Adicionalmente es claro que por el modelo de precios de la gasolina que escogimos, no tenemos un combustible subsidiado en el mercado, lo cual es tradicional de un país petrolero, ya que han desarrollado grandes capacidades de refinación, pero Colombia aún esta atrasada en eso.

Ante esta evidencia, es claro que la caída en el precio del petróleo nos lleva a un escenario similar al cierre de las exportaciones a Venezuela, que causaron una caída en la producción por menores importaciones en el corto plazo, pero la industria busco nuevos mercados y sustituyo el mercado vecino por otras opciones comerciales; seguramente deberemos hacer lo mismo, con la ventaja que seguramente la devaluación comenzara a reducir las importaciones también.

Esto ha causado efectos como la caída de las acciones petroleras en todo el mundo, y en Ecopetrol y Pacific Rubiales de manera particular en nuestro mercado, donde a su vez la nacional petrolera acaba de nombrar un nuevo presidente, que tiene un origen más macroeconómico, pero con las capacidades de planeación y estrategias necesarias para un cambio de dirección en esta empresa, lo que en el mediano plazo puede ayudar a solucionar el segundo gran problema que tenemos para no ser petroleros: solo tenemos reservas probadas para 6 años más de producción.

Esto nos deja ver que en 2015 o en 2020 debemos aceptar que no somos petroleros, y que si bien tuvimos una bonanza importante por precios, esto sirvió para aumentar la riqueza en el país, como ocurrió con la cafetera e incluso la marimbera, pero este ingreso ya termino y debemos volver a pensar como ser productivos y competitivos, aprendiendo de las empresas que lograron aumentar sus exportaciones en el periodo de revaluación.

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