martes, 23 de octubre de 2012

LA NUEVA ECONOMIA DE LA MODA, Columna para La República


Para aquellos que no lo han pensado, no existe producto más difícil de vender y de comprar que la ropa, debido a que hay muchas marcas, muchos productos, muchas tiendas y poca capacidad de compra. Una prenda de ropa puede costar desde $5.000 pesos hasta $5´000.000 y esto hace que la compleja y casi imposible decisión de compra este claramente limitada por el acceso a crédito para llevarla a cabo; por esto, si algo nos ha dejado la expansión de tarjetas de crédito, es un cambio radical en el comercio de ropa en toda Colombia.

Las compras de vestuario en Colombia según Inexmoda están por el orden de 165,8 billones de pesos en los últimos 12 meses, este mercado ha crecido gracias a la expansión de las tarjetas de crédito en Colombia, y particular las no tradicionales como Falabella, Tuya y La Polar, que le han dado el poder de compra de moda a las mujeres en el país.

Este fenómeno ha traído a su vez un fenómeno aún más importante: la formalización del comercio de moda en Colombia; tradicionalmente el comercio de ropa se hacía de manera informal (no ilegal, aunque sin duda existen los casos), en zonas comerciales tradicionales como Chapinero o el Restrepo, o bien en formatos opacos como Sanandresito. Más, con el aumento de las tarjetas de crédito en Colombia esto comenzó a cambiar, llevando este mercado a los centros comerciales, que se expanden en el mismo sentido que la expansión de los plásticos.

Así, estamos viviendo una nueva economía de la moda en Colombia: las compras creciendo a tasas del 10,7% anual, aumentando la frecuencia de compra de las personas y de cantidad de prendas, debido a que la oportunidad se pudo unir con la capacidad: no bastaba con tener capacidad de compra, sino con tener una oferta clara, y esta se ha desarrollado gracias a la entrada de muchos jugadores globales, que le han dinamizado la producción y oferta local, al punto de tener hoy, mas de 15.000 locales formales de venta de ropa sin contar las grandes cadenas como Éxito, Falabella o Tres Elefantes, que se suman a más de 20.000 puntos formales para comprar ropa de manera formal en el país, cuando en enero de 2006 eran menos de 10.000. Es decir que duplicamos la formalidad en 6 años, lo cual sin duda es un dato increíble.

Esta dinámica tiene grandes beneficios, pero igual situaciones que deben ser tenidas en cuenta. Al estar vinculados a la dinámica de las tarjetas de crédito, el sector depende directamente de lo que ocurre en términos de endeudamiento, colocación, tasas de interés, datáfonos y comercio electrónico, lo cual a su vez conlleva que los directores comerciales y de mercadeo del sector deban estar pendientes de esta información financiera, competencia y de las oportunidades que pueden generar por este medio de pago.

Esto no solo ha llevado a mejores niveles de ventas y mejores precios de venta, sino a un mayor recaudo del IVA por este concepto, lo cual debe ser mirado por el ejecutivo como una oportunidad concreta en términos fiscales y buscar la forma de cooperar con el sector.

Así la nueva economía de la moda en Colombia es la formalización gracias al comercio financiero, y por esto debemos educar al comprador a ser efectivo en sus compras, eficiente en sus decisiones y sin lugar a dudas a estar a la moda de la mejor manera para cada uno. La oportunidad es enorme.

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