miércoles, 3 de octubre de 2012

LAS EPS NO TIENEN LA CULPA, Columna para La República


El llamado de la Alcaldía de Bogotá de cerrar la EPS del distrito sumado a lo que ocurrió con Famisanar nos deja pensando que sin duda el problema de la salud no esta en las EPS sino en la concepción del sistema.

Las EPS, más allá de cosas puntuales incomprensibles, han sido las que han cambiado el escenario de la salud en Colombia, pese a las dificultades creadas por la negativa del gobierno de pagar los recobros causados en las IPS y a toda la mala imagen que le han causado.

El sistema de salud en Colombia es uno de los mejores del mundo, según diversos análisis en fuentes internacionales, y nosotros los colombianos no hacemos más que quejarnos del mismo, porque esperamos que el sistema de salud nos de todo y nosotros no estamos dispuestos a dar nada, al punto que somos uno de los países donde el ciudadano menos aporta a salud y uno donde recibe más.

Esto se ha causado porque el colombiano y las Cortes consideran que la salud en Colombia es un derecho absoluto y esto hace que la carga financiera de esto sea inmanejable sino estamos dispuestos a poner de manera proporcional a lo esperado.

El caso de la EPS del Distrito es ejemplar: solo lleva 2 años y no pudo, pese a haber estado en la gran crisis de los recobros de hace unos años, y con todo y su espíritu de servicio social comprendió que simplemente el negocio está mal planteado: el servicio esta en función de las necesidades del paciente pero no existen contrapesos financieros para que sea por lo menos viable.

Este ejemplo nos debe llevar a la reflexión que el sistema tiene que cambiar y que debemos pagar más por la salud o esperar menos del sistema, porque de lo contrario simplemente no es posible llevarlo a cabo.

Fue muy fácil culpar a la EPS como instituciones “intermediarias” por todos los pecados del sistema, pero la verdad parte desde un esquema concebido para una estructura laboral diferente, con más aportantes que subsidiados, con unas claras políticas de cambio cultural hacia medicina preventiva y no unas simples campañas informativas que no causaron ningún cambio comportamental, y con un esquema de expansión de IPS – sobretodo en términos de camas –que no se dió por la complejidad financiera del sistema, la “satanización” de la integración vertical y la equivocada definición del uso de los recursos públicos, donde los recursos solamente se pueden usar para prestar servicios y no para construir infraestructura.

Sin duda algunas EPS cometieron grandes errores y hasta actos delictivos, y por eso deben ser judicializados y condenados penal y económicamente, sin duda; pero no son las EPS. Por el contrario éstas han soportado todo el problema financiero durante más de 20 años que la EPS del Distrito no pudo en sólo 2 años.

Así, hoy el país no tiene las camas suficientes, no tiene los profesionales requeridos, el sistema está endeudado y los ciudadanos quieren una salud gratis, y culpan a las EPS porque no les dan la mejor salud, la última tecnología y una atención inmediata. Es momento de decir la verdad.

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