sábado, 12 de enero de 2013

SIN CHÁVEZ, Columna para El Nuevo Siglo


Chávez tiene que estar muy mal. El 10 de enero se debía posicionar en un nuevo período, y pese a su demostrada estrategia mediática como su alocución “Aló Presidente”, no hizo una videoconferencia, una llamada, ni siquiera una carta. Esto puede evidenciar que no tiene capacidad de comunicación, bien sea por estar entubado vía oral por la infección pulmonar o bien porque no está consiente.

El 10 de enero será recordado en el proceso revolucionario venezolano como el día en que Chávez no llegó y lo único que pasó es que el pueblo marchó pidiendo su regreso, no apoyando a su sucesor ni al Presidente de la Asamblea, por el contrario, lo que mostró la marcha es que esperan su retorno y confían en que se va a recuperar.

Esto pone a pensar a todos. Porque más allá si esta “revolución” es buena o mala, claramente ha beneficiado a muchos y la apoyan por eso, y ven a Chávez como la garantía de ese proceso, y al desaparecer éste la inseguridad se tomará el escenario.

Claramente los directivos PSUV han manejado muy mal las cosas y han causado que la zozobra reine, porque no tienen claridad sobre el verdadero liderazgo que puede tener Maduro en la población, las Fuerzas Militares y la comunidad internacional, lo que conlleva a que la aparente sucesión no esté asegurada. Ese es uno de los grandes problemas de caudillismo.

Venezuela se enfrentará a una revolución sin líder, lo que no sólo desembocará luchas de poder sino vacíos del mismo, que llevarán lentamente a una desaceleración económica importante que afectará los resultados del proceso revolucionario, causando un gran melancolía por el líder ausente y sin opciones de reemplazo.

Es fundamental comprender que la democracia será parte del problema, porque todas las fuerzas políticas – las de oposición y las de “implosión” dentro del PSUV – halarán hacia sus intereses y por mantener su actual o perdido status quo.

La no posesión no es otro símbolo que el comienzo del vacío de poder que causa que un Presidente no se posesione, así el TSJ diga que está ejerciendo: las instituciones existen para demostrar el poder, y la posesión presidencial otorga el poder presidencial: sin posesión simplemente el poder queda sin control.

Colombianada: ¿el poder para qué?, para poder.

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