martes, 14 de abril de 2015

VERDADES INFLACIONARIAS, Columna para Portafolio

Digamos las cosas como son así sean incomodas: tenemos una inflación causada por el temor al efecto de El Niño y no por cosas fundamentales.

La inflación en Colombia se acerca al 5% anual debido a tres factores fundamentales: desde marzo de 2014 cuando el IDEAM (con datos de NOOA) dijo que era posible que en agosto comenzará El Niño; muchos amplificaron la noticia y dieron por hecho que este llegaría y afectaría las cosechas y la generación de energía, generando que muchos agricultores no sembrarán papa y arroz, y que las electrificadoras (apoyadas en un decreto nacional) aumentarán sus tarifas lentamente para “preamortizar” el efecto. Lo que se sumó la final del futbol colombiano, donde Santa Fe aumentó el precio de la boletería (más del 250%), afectando en por lo menos 6 puntos básicos la inflación, causando un sobre costo a toda la economía en 2015 que aún es difícil  de estimar.

Estos factores que hicieron que la inflación de 2014 fuera alta en comparación con años recientes, desembocó que la indexación de los precios en 2015 generará que los arriendos crecieran por encima del 4,5% y sumado al aumento de los precios del gas, la inflación continuará por fuera de la meta por lo menos el primer semestre del año.

Que la inflación sea del 5% en el primer trimestre y no del 3%, hace que un hogar comience comprando 100 cosa en enero y en abril solo pueda comprar 95 y no 97 como esperaba, y esas dos unidades que no se compraron, generan un freno en las compras de los hogares, que se origina en el precio de la papa, el arroz, la electricidad y los arriendos, los cuales no tienen casi ninguna relación con la tasa de intervención del Banco, porque esto no se paga con créditos, pero si frena muchas compras a que se harían, debido a que el ingreso disponible de los hogares se reduce en cerca de 2 puntos porcentuales, pasando de ser del 69% del ingreso a llegar a cerca del 71%, reduciendo el disponible de 18% a cerca de un 16%; es decir, esta inflación de 5%, causa un aumento de los gastos frecuentes del 3% y una reducción del ingreso disponible para bienes deseables, activos y mejora de calidad de vida cercano al 11%, donde se evidencia el enorme impacto que este efecto tendrá en mercado como carros, televisores y entretenimiento.

Este escenario negativo, quizá sea la solución misma de esa inflación. En el segundo semestre veremos cómo los aumentos de precios de los importados comenzarán a notarse pero en menor medida de lo esperado, no debido a que el impacto será menor, sino a que importadores y comerciantes no podrán subir tanto los precios debido a una demanda débil; esta tendencia se sumará a que los precios de la papa y el arroz se parecerán más a los del año pasado, y si bien serán más caros, sus tasas de inflación serán menores y esto mostrará un baja en la inflación total, que se sumarán a la caída del precio de la gasolina y al fin del efecto del Santa Fe en los precios, lo que llevará a la inflación a buscar su cómodo lugar por debajo del 4% anual, sin que el Banco deba mover sus tasas. Así, una mala lectura de una probabilidad climática nos llevó a un freno profundo de la demanda.

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