sábado, 20 de junio de 2015

SI ES PROGRAMÁTICO, Columna para El Nuevo Siglo

Es programático, el voto es programático. No lo digo yo, lo dice la Constitución, pero por alguna razón esto ha quedado en el olvido y seguramente esto ha tenido consecuencias.

La Constitución Política de Colombia de 1991 dio un giro fundamental de pasar de una democracia representativa y una participativa, donde una de las grandes diferencias radica en que el votante puede exigir por el cumplimiento de las promesas de campaña, como bien queda claro con las formas de participación democrática como la revocatoria del mandato, y para que esto sea posible es fundamental que la gente vote por el programa que se propone, el que queda escrito en la Registraduría y no el que se dice en conversaciones o plaza pública.

Esto exige que haya un programa y que los votantes lo conozcan, pero esta situación rara vez se da, porque si bien hay algunos programas, son muy pocos los ciudadanos que los conocen, y por esto el político se ve motivado a no cumplirlo, ya que no existe un control posible, y esto lleva a nuestra democracia participativa a una representativa de hecho.

Ni el Gallup Poll, ni las encuestas de Ipsos, ni otra encuestadora en Colombia o algún centro de investigación mide el cumplimiento de los programas, y con mucha frecuencia se confunde el programa del gobierno con el plan de desarrollo, lo cual ha sido una enorme oportunidad perdida de los partidos y los políticos para demostrar que ellos cumplen lo que prometen, porque si bien se darán grandes diferencias entre el programa y el plan, esto se debe a que la propuesta es política y el plan es democrático, es decir, el primero es por el que se debería elegir al candidato y el segundo es el acuerdo del candidato con todas las fuerzas políticas que se debatió en el cuerpo colegiado, y por eso son diferentes. Lo mismo pasa con lo que toca hacer que no estaba en el programa ni quedo en el plan, como acciones ante coyunturas, desastres, crisis u oportunidades. Simplemente, una cosa es lo que prometió y le debe cumplir al votante, y otra cosa es lo que le debe cumplir a otras fuerzas políticas, y la responsabilidad de su cargo.

Esto hace que el tema sea complejo para el político pero no para el elector, que simplemente debe saber que no vota por una persona, su popularidad ni mucho menos por su imagen, sino por lo que dice que va a hacer, o de lo contrario no tendríamos una democracia sino una idolocracia, donde elegimos a la gente porque nos gusta y no lo que se comprometen a hacer. Sin duda la persona y su programa van de la mano, y el votante debe saber esto para hacer cumplir lo prometido, porque a la gente le importa más ser del equipo ganador que votar por el programa que más le gusta. Es difícil.

Colombianada: El voto en programático, pero no es hemos quedado en que es un programa ir a votar.

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