sábado, 13 de diciembre de 2014

PAN Y CIRCO 2014, Columna para El Nuevo Siglo

Se dice que los romanos decía que al pueblo hay que darle Pan y Circo, reflejando la necesidad que tienen las sociedades de tener trabajo y calidad de vida, pero en Colombia hay momentos en que la política se ocupa mucho más de dar Circo que Pan, y no dando mejores momentos a los colombianos, sino espantosos espectáculos, y sin duda eso fue lo que nos dejó la política en 2014.

La elección de Congreso y la Presidencial fue una de las más espantosas que haya tenido recuerdo nuestra historia; ataques sin fundamento, publicidad negra, denuncias mediáticas sin ejercicio legal, denuncias de compra de votos y otro tanto de situaciones que nos dejaron con las instituciones lastimadas, la confianza rota y una sensación que las cosas van muy mal.

Por el contrario, el empresariado colombiano logro la tasa de desempleo más alta, presentó un importante comportamiento en ventas internas y comenzó el despertar de las exportaciones (con un empujón final del dólar), cumpliendo con la labor de dar Pan, mejorar los ingresos, dar mejores condiciones de vida y satisfacer más necesidades, pese al débil entorno que el estado le brindo este año y los enormes atrasos que ha tenido por años.

Así, la política nos dio un circo espantoso y el sector privado nos brindó pan; afortunadamente los deportistas colombianos nos dieron un espectáculo tan espectacular que hoy muchos olvidan lo que paso en el primer semestre en la política colombiana: los escándalos de Mira, las capturas de los líderes de oposición en Venezuela, de destitución de Petro (y toda la novela jurídica subsiguiente), las elecciones presidenciales y hasta la importancia de haber sido ministro de hacienda. La selección Colombia de futbol, Caterine Ibargüen, Nairo Quintana y otra buena cantidad de deportistas pusieron el nombre de Colombia en alto, borrando un poco el desastroso ambiente creado por los políticos.

En otras palabras,  el sector privado y el esfuerzo individual de ciertos colombianos logro que el año fuera memorable y que se ocultará un poco el despojo institucional que dejo la ambición de nuestra clase política. Lo triste de este escenario es que parece ser un patrón en nuestra historia, donde son las personas y las empresas, las que aprovechando lo máximo posible el turbio entorno de las deudas de la política, logran triunfar por medio de enormes esfuerzos y después los políticos salen a robarse estos triunfos de manera descarada, aprovechando que fue el tricolor el que brillo o el PIB el que creció. Es claro que nos quedan malos espectáculos por mucho rato, pero gracias a muchos colombianos habrá pan y buen circo en el futuro.

Colombianada: La política parece llena de Payasos y el sector privado cada vez logra mejores panaderos.

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