martes, 30 de diciembre de 2014

¿PROMEDIO?, Especial para Revista P&M - CONSUMER DATA ANALYSIS

Se acaba el año y 2014 pasó a la historia por ser un año promedio, ni fue bueno ni fue malo; aumentó la edad promedio, la altura y bajo el peso promedio. El promedio de rentabilidad de las empresas fue aceptable y la satisfacción promedio del consumidor se mantuvo. El problema está en que un promedio no existe.

Un promedio es la suma de los resultados de algo, divido entre la cantidad de observaciones obtenidas, permitiendo expresar un valor que refleja una medición relativa de lo que podría ser un valor normal esperado, es decir, que un promedio es el valor esperado de una variable que poco conocemos; y obviamente es un dato completamente limitado, porque asume que todas las observaciones son iguales ante “la matemática”, cuando ni ante la ley o Dios lo son.

Este indicador ha tomado carrera en dos sentidos muy peligrosos, causando grandes errores en las compañías; el primero es el uso continuo de la frase “en promedio”, cuando ni siquiera se refieren a un dato medio realmente, como cuando dicen “en promedio, nos fue bien”, lo cual es tan absurdo, que simplemente muestra el nivel de ignorancia de la persona que lo dice; y el segundo, es que con datos promedios se toman decisiones, causando enormes errores en las acciones a seguir dentro de las organizaciones; un buen ejemplo es decir que en promedio la industria publicitaria creció un 10% este año, cuando lo que logró esa dinámica fue el valor total de la facturación y el promedio es inferior al 7%, porque algunas empresas crecieron mucho y otras muy poco, y eso depende al final, de cuantas empresas se metan en el cálculo.

No existe un mercado promedio, ni un consumidor promedio, ni un colombiano promedio. Solo piense por un minuto que la “persona promedio” que usted puede tener definida en su cabeza, está en función de las personas que usted conoce, lo cual con absoluta certeza es completamente limitado, y caer en ese reduccionismo es lo mismo que decir que porque estuvo en Miami ya conoce Estados Unidos.

Eviten a toda costa caer en esas afirmaciones, que no solo son facilistas sino que demuestran que hay muy poco conocimiento de lo que se está hablando; cada vez está más de moda hablar con cifras, pero esto se hace para fundamentar ideas con evidencias concretas, no para decir cosas con datos superfluos como, “en promedio nos entran 7,3 personas por segundo al sitio web”: ¡Por Dios!, estas son las aberraciones que hacen que una persona se crea inteligente y quede en ridículo frente un público calificado, ya que es imposible partir a una persona para lograr el 0,3 y el dato oculta todo el dinamismo de la variable, por minuto, hora, día, mes y año, que es donde está el poder de la información para tomar decisiones. Otro posible ejemplo es cuando se dice, “en promedio un millennial tiene 22 años”, pese a que cada año este número aumenta, o bien cuando alguien afirma, “un colombiano promedio cree en Dios”, lo cual no tiene ningún sentido, ya que el colombiano promedio no existe, pero sin duda la gran mayoría de los colombianos creen.

Por esto, vale la pena despertar y hacer las cosas bien, y mucho más en una industria donde “la palabra precisa y la sonrisa perfecta” son fundamentales; para tomar decisiones se requiere conocimiento no cifras inútiles. El promedio es un indicador muy funcional si se mide en el tiempo, considerando lo que nosotros a los que nos gusta la matemática llamamos “desviación estándar”, que no es otra cosa que el nivel de cambio que tiene el dato promedio estimado dentro de las observaciones; los que viven en Bogotá bien saben que el tiempo promedio de desplazamiento en carro no sólo ha aumentado, sino que la desviación ha crecido tanto, que es casi imposible estimar cuanto tiempo nos vamos a demorar de un punto a otro.

Por todo esto 2014 no fue un año promedio, fue un año único; del que debemos aprender muchas cosas como el error de formular metas de crecimiento con el deseo y no con la razón soportada en evidencias, que una probabilidad de efectos climáticos como El Niño puede pasar de 60% a 30% en cualquier momento y por eso debemos saber tomar decisiones que funcionen en ambos escenarios, e incluso que no sabemos cómo reaccionaran los colombianos en compras ante un buen desempeño de la selección Colombia de Fútbol. 2014 es un año que debemos estudiar para aprender y no simplemente dejarlo pasar, porque dejo lecciones enormes sobre el cambio que están teniendo los colombianos, ante el cambio acelerado de los promedios de muchos de sus indicadores.

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