martes, 25 de febrero de 2014

DEFENDAMOS LA LIBERTAD, Columna para Portafolio.co

Soy un convencido de la libertad para mejorar la vida de las personas. Estoy seguro que genera un entorno donde cada uno busca su bien y el de los demás; también he comprendido que la libertad tiene límites y debe estar regulada porque algunas personas simplemente están dispuestas a abusar del sistema en su propio beneficio.

Los dictadores usan la democracia para llegar al poder y estando en él usan la fuerza para quedarse; Algunos empresarios usan el libre mercado para acumular riqueza, abusar de sus empleados y tener utilidades indecentes bajo la excusa del éxito, productividad y competitividad. Otros abusan de la libertad política y de culto para hacer creer a la personas en poderosas ideas abstractas para seguirlos y darles poder y riqueza.

Recuperemos nuestras instituciones de libertad; la democracia, la religión y el libre mercado son la base de nuestra sociedad, y hemos dejado que se perviertan a niveles impensables en pos el beneficio de algunos que son más hábiles, porque tienen no tienen conciencia o porque simplemente no les importa lo que pase con la sociedad como consecuencia de sus actos.

La libertad es la que nos ha permitido ser quienes somos, llegar hasta donde podemos llegar e incluso tomar el mediocre camino de esperar que otros nos solucionen la vida; debemos luchar por ese valor, que nos permite seguir nuestros sueños y no quedarnos viviendo los sueños de otros, que nos arrebatan nuestra vida por medio de mentiras, palabras y miedos.

La libertad de mercado, la libre empresa, los partidos políticos, la libertad de culto, de expresión de agrupación están en riesgo continuamente; no por la represión de algunos sectores sino por la presencia de personas que usan los límites de estos derechos para manipularlos a tal nivel que aparentan ser ideales de libertad mientras son destructores de la misma.

La sociedad hoy tiene un cáncer que la carcome, al punto que hemos permitido que el valor de la vida se desdibuje por la búsqueda del poder individual para imponer una idea. Estamos en momentos que ponemos en juego nuestra libertad por seguir sordamente los discursos apasionados de unos líderes que nos llevan a un oscurantismo sin precedentes, donde la regulación se torna en prohibición y la felicidad en sobrevivencia.

Despertemos. No negociemos nuestra libertad, nuestra opinión, nuestros sueños e ideales por los cantos de sirenas de promesas de un futuro mejor, entonadas por personas que solo quieren el poder para beneficiarse y alimentar su propio ego. Como sociedad hemos llegado lejos, cometiendo un sin número de errores y abusando de muchas personas pero debemos aprender a controlar la libertad pensando en nuestros deberes y los derechos de los demás, pero se nos quiere confundir con que tenemos derechos infinitos fundamentados en los deberes de otros.

Nuestra libertad es la que nos permite estar orgullosos de lo que hemos logrado, de haber cumplido nuestros sueños, por medio de nuestro esfuerzo diario, el uso de nuestras capacidades y el uso de las oportunidades del sistema, y no estar cómodos esperando que se cumplan las promesas de un mundo mejor sin esfuerzos. Seamos libre para equivocarnos, no para que otros se equivoquen por nosotros.

Nota: las elecciones de 2014 en Colombia serán históricas, porque definirán como se llevará a cabo la paz y el futuro del país; el Congreso será casi una Constituyente y la Presidencia la encargada de estructurar el nuevo marco social: votemos muy bien, porque esta vez no nos podemos equivocar.

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