lunes, 31 de marzo de 2014

EL DANE NO MIDE EMPLEO, Especial para Revista Portafolio

Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR Consumer Knowledge Group
Especial para Revista Portafolio

La medición de empleo del DANE siempre será cuestionada y atacada. Siempre será fácil atacar los indicadores de un gobierno y suponer la manipulación de información, que revisar su calidad dentro de sus limitaciones.

Más aún cuando se cree que lo que se mide es empleo y en esto si tiene la culpa el DANE, como la tienen todos los sistemas de estadísticas publicas mundiales. Para muchas personas empleo es  un contrato laboral según los términos de la ley y lo que se mide es la ocupación de las personas en todo tipo de formas, como empleados, independientes, jornaleros y muchas otras opciones de ocupación.

La Encuesta Continua de Hogares hace un campo de más de 20.000 encuestas mensuales lo que permite tener una idea muy cercana a la realidad de lo que pasa con la ocupación y el empleo en Colombia; desafortunadamente la gente no sabe toda la minucia técnica que hay detrás y simplemente se dejan llevar por su situación personal para opinar sobre lo que pasa: hoy Colombia tiene una de sus tasas de desocupación más bajas de historia, mostrando que el aparato productivo, los servicios y el sector público están demandando una buena cantidad mano de obra y cada vez con mejores condiciones.

El DANE en su informe sobre mercado laboral da mucha más información que la que los medios reflejan y mostrando detalles como la desocupación en jóvenes, jefes de hogar, desplazados y por ciudades, enseñando un país diverso y heterogéneo.

Más que errores, la metodología tiene limitaciones; es fácil decir que alguien se equivoca porque lo hace no le sirve a otros, pero si se entiende como se hace y para qué, sin duda se comprenderá mejor; algunas limitaciones que tiene es el tamaño real de la población nacional y más aún por ciudades, donde se genera un error en el dato final de desocupación, ya que la estimación de la población en edad de trabajar tiene un error evidente; y esta limitación la tienen todas la encuestas de desocupación del mundo, porque simplemente aún es imposible saber con exactitud cuántas personas hay en un territorio.

Otro gran tema es el dato de subempleo. Según la metodología del DANE hay dos tipos: el subempleo subjetivo que “se refiere al simple deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus ingresos, el número de horas trabajadas o tener una labor más propia de sus personales competencias”, y el subempleo objetivo que “comprende a quienes tienen el deseo, pero además han hecho una gestión para materializar su aspiración y están en disposición de efectuar el cambio”; es decir que el subempleo no se refiere al tipo de contratación, sino al deseo de las personas de tener un mejor empleo, lo cual es curioso que aún se mida por solicitud de la OIT ya que lo que esto dice es que la gente quiere mejorar, y una forma diferente de interpretar el dato sería que de los 21 millones de ocupados en diciembre, sólo 7 millones expresan el deseo de mejorar sus condiciones laborales, dejando ver que cerca del 65% de los ocupados están satisfechos con sus condiciones, lo cual sin duda da pie a un gran debate sobre la falta de aspiración de muchos o la posible sensación de calidad del trabajo en el país.

Se confunde ocupación con empleo, como subempleo con informalidad; informalidad es el empleo que no cubre las condiciones formales como la seguridad social y las normas laborales, y no el deseo de tener un mejor trabajo. Hoy la informalidad laboral es cercana al 50% de los ocupados, donde cabe anotar que cerca del 90% de los ocupados esta afiliados (directa o indirectamente) al sistema de salud, pero sólo cerca del 40% al sistema de pensiones; estos datos se conocen gracias al DANE, que le dice al gobierno de turno nacional o municipal que tienen una desocupación del 10%, una informalidad del 50% y un subempleo del 25%, sin importar las implicaciones políticas de estos resultados y son los gobiernos quienes los deben interpretar y actuar.

Sin duda en el tema laboral queda mucho por hacer en el país, pero la enfermedad no se arregla culpando al termómetro de la fiebre.

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